Carmen Machi se convirtió hace una década en un fenómeno de masas después de que Telecinco decidiera en 2005 lanzar Aída, un spin-off de Siete Vidas centrado en su personaje en la comedia. La nueva serie revalidó el éxito de su predecesora con audiencias estratosféricas en Telecinco y sus personajes se convirtieron en ídolos para los espectadores.
Lo que no se sabía hasta ahora era la cara oculta de todo aquello. Carmen Machi ha desvelado que la gran popularidad que le otorgó la ficción le terminó pasando factura hasta el punto que tuvo que dejarlo todo. "El problema fue que la popularidad acabó siendo tan excesiva que, ni con todo ese bagaje, logré llevarlo bien", comienza explicando la actriz a El Mundo.
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"Gestioné muy mal la fama, pero es que es muy difícil convivir con que todo el mundo conozca tu cara. En el bar, en la tienda, por la calle, fuera de España... Todos te reconocen por tu cara, por tu voz o por tu culo", recuerda la intérprete.
Machi asegura que se vio "superada" y "agobiada" por todo lo que le estaba pasando. "Hay un momento en el que te das cuenta de que, aunque crees que lo estás haciendo bien, es mentira", señala antes de enumerar las consecuencias físicas de todo ello. "Sufrí ansiedad y fobia al ser humano diagnosticadas. Me quedaba encerrada en el portal, no podía entrar en un restaurante, tenía reacciones toscas cuando alguien se me acercaba, escondía con altivez la timidez y el miedo... Era abrumador", relata.
Afortunadamente, Machi explica que pudo cambiar la mentalidad y decidió actuar para solucionar su problema: "Una vez que me di cuenta de que el problema estaba en mí, tomé las medidas necesarias para afrontarlo y levantar la cabeza. Ese fue el momento en el que decidí dejar Aída para recuperar mi vida", asegura en referencia a su salida de la ficción en 2009, aunque más tarde regresó de forma ocasional.
"Aída es el gran personaje social de la tele española"
A pesar de todo, Carmen Machi guarda un gran recuerdo de Aída y lanza un alegato en favor de su figura: "Es el mejor personaje que he hecho en mi vida, es una genialidad, un puto regalo. Y hacerlo durante diez años fue una maravilla. Lo que me pasó a mí era un daño colateral de hacer un personaje tan brillante, pero tener algo contra él sería ser injusta, desagradecida y subnormal", afirma la actriz.
"Aída fue una revolución, se decían y se trataban temas muy heavies", afirma Machi, que añade que "es el gran personaje social de la tele española". "Aída era una mujer maltratada, madre de hijos sin ninguna protección, sin llegar a fin de mes, un hermano yonqui, un hijo delincuente, una hija cuyo futuro es salir en Sálvame, una madre que era lo peor... Y esta mujer admirable tocaba fondo, se levantaba, sacaba a su familia adelante y además era la que más follaba del barrio", reivindica.