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José Luis García Pérez, el expresidente de 'Secretos de Estado': "Me aburren soberanamente todos los políticos"

  • ECOTEUVE.ES entrevista al actor de 'Secretos de Estado', la nueva serie de Telecinco
  • "La política es más que un marco, pero no es el motor de la serie", reconoce
  • "Hay gente que no sabe qué hacer con su vida fuera del poder", asegura

Secretos de Estado es una de las apuestas de Telecinco de cara a la próxima temporada. La cadena entra en La Moncloa en una ficción en la que José Luis García Pérez da vida a Guillermo Gutiérrez Casas, expresidente del Gobierno. "La política es algo más que un marco, pero no es el motor de la serie. El motor es lo humano, pero políticamente hablando, más allá de ese thriller sexual, que tiene que ver con la erótica del poder", dice el actor en palabras a ECOTEUVE.ES.

El intérprete, que reconoce que la serie no tendrá tanta carga política como House of Cards o El Ala Oeste de la Casa Blanca, confiesa que no ha buscado referentes actuales para prepararse este papel. "No hay un político a la altura de crearle un personaje; me aburren todos soberanamente", declara García Pérez, que reflexiona además sobre el nivel de nuestros líderes y anticipa nuevos detalles de la ficción.

¿Cómo es su personaje en Secretos de Estado?

Guillermo Gutiérrez Casas fue el presidente del Gobierno durante las dos últimas legislaturas y la persona que, al no poder presentarse de nuevo a unas elecciones, decidió a su sucesor en el partido, que es Alberto Guzmán [Interpretado por Emmanuel Esparza].

Como José María Aznar con Mariano Rajoy...

Como Gutiérrez Casas y Alberto Guzmán. Siempre hay uno antes que designa al siguiente, pasa en todos los partidos. 

¿Qué partido es el que lideran en la serie?

Se llama Partido Democrático Independiente (PDI).

¿Es un partido de izquierdas o de derechas?

Esta es una serie mucho más sobre políticos que de políticas. Donde incide el guion no es en la tendencia de las decisiones que toman, sino de dónde vienen esas decisiones. Es mucho más humana que política. Por el aspecto, pueden parecer de centro o centroderecha. Pero lo importante son las motivaciones personales para tomar decisiones, por lo que da igual si son de derechas o de izquierda. 

¿Por qué cree que no se moja la serie en ese sentido?

Yo no vería una serie sobre algo que ya veo todos los días en el periódico o el telediario. Me parece más interesante enmarcar una serie en la política y en lo que el poder genera, que el 'qué'. El 'qué' lo tenemos todos los días vistos y los resultados no suelen ser agradables para nadie. Me interesa saber qué les pasa a ellos antes y después de entrar en la política. 

¿La política es sólo un marco para hablar del thriller sexual que se produce entre sus protagonistas? 

La política es algo más que un marco, pero no es el motor de la serie. El motor es lo humano, pero políticamente hablando. Más allá de ese thriller sexual, que tiene que ver con la erótica del poder. El punto de vista de Frank Ariza [creador de la serie] y de Mediaset creo que es ver qué cambia en los seres humanos cuando tocan el poder y ver el apego que surge con el hecho de poder mandar, porque genera mono. Mi personaje lo tiene y no quiere quitarse de en medio.

¿Le ha ayudado la serie a empatizar con la clase política?

Yo creo que lo podemos entender todos sin necesidad de grandes explicaciones, pero en esta serie queda reflejado. Yo personalmente me quedo con la sensación de que hay gente que no sabe qué hacer con su vida fuera del poder. En este caso, a mi personaje le pasa eso y además tiene una gran contradicción que tapa viviendo en este entorno político. 

¿Cree que es arriesgado hacer una serie que saque a la luz la otra cara de la política?

En el riesgo está la emoción. Cuando me ofrecieron el proyecto, me atrajo el hecho de hablar de un Gobierno de España pero que no es el que está en la realidad. Es una opción, una distopía posible. 

¿Diría que se parece a House of Cards?

Yo he sido fan de House of Cards hasta que me fui aburriendo, tengo que decirlo. House of Cards tiene cosas que se pueden entrelazar con esta serie pero no es lo mismo. La cantidad de política que veíamos en esa serie o El Ala Oeste de la Casa Blanca aquí no está tan potentemente marcada. Esta se va más por lo personal.

¿Será una serie en la que alguien se erigirá como villano?

No hay un protagonista y un antagonista, no hay buenos y malos. Todo el mundo oculta cosas. No es una serie donde te decantas por un personaje. Puede gustar uno más que otro, pero no será porque sean unos mejores que otros. Como en la vida, todos estamos contaminados por cosas y todos tenemos claroscuros. 

¿Qué gestos o tics ha adoptado de políticos reales?

Evidentemente lo he hecho, pero no considero que haya un solo político a la altura de crearle un personaje. Ellos ya se lo tienen montado. Me he agarrado de Shakespeare, literatura universal y cine universal. Me gustó mucho en Homeland el personaje de Saul, porque sabe más de lo que dice, está siempre un paso más allá. Ahí es donde me puedo enganchar. Luego he visto cosas y me he buscado vídeos de comunicación política. 

Lo de hablar moviendo mucho las manos se le ha pegado...

(Ríe). Eso lo tenía ya yo un poco... he tirado de mi hilo enmarcándolo dentro de un personaje. 

O sea que tiene algo de político...

No, no. Yo comunico. (Ríe). Ellos intentan comunicar y para eso necesitan incluso la ayuda de actores para que les manejen sus carreras. Yo soy una persona comunicante y he usado todo lo que he podido para el personaje. Pero no he buscado un referente actual porque me aburren soberanamente.

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