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Gonzalo de Castro: "Matar al padre' es la historia de nuestro fracaso como país"

  • ECOTEUVE.ES entrevista al protagonista de la nueva serie de Movistar+
  • "Las cadenas en abierto tienen que invertir más y romper un modelo muy cansino", valora
  • "Al Gonzalo de '7 Vidas' le diría que no ceje en su empeño, que al final hay un caramelo", dice

Con la misma rapidez con la que un rayo parte la rama de un árbol, "un flechazo instantáneo" propició que Gonzalo de Castro se convirtiera en Jacobo Vidal, el inquietante protagonista de Matar al padre, la nueva miniserie que aterriza este viernes en el servicio bajo demanda de Movistar+. Así lo define Mar Coll, creadora y directora de la ficción, cuando explica los motivos por los que decidió que fuera el madrileño el que diera vida a este insólito personaje.

"Quería a un actor muy intenso y con mucha energía. El personaje era muy complicado y yo quería que su angustia fuera palpable", dice la cineasta en palabras a ECOTEUVE.ES. Objetivo cumplido. A lo largo de los cinco capítulos de la serie, Coll consigue que Gonzalo de Castro transmita con crudeza la vida de un hombre obsesivo que intenta controlar en todo momento el bienestar de su familia. El personaje termina siendo víctima de su propio método, y con el estallido de la crisis económica mundial, comprueba el derrumbamiento de todos los muros que durante años había construido. 

"La historia de Jacobo Vidal es la historia de nuestro fracaso como país en una crisis terrorífica que nos sacudió", asegura Gonzalo de Castro, que parafraseando el gran leimotiv de la serie, valora la visibilidad que se hace en la ficción de las personas que sufren este tipo de trastornos. "No creo que el mundo sea tan hostil, pero para la gente que sufre estas patologías, el mundo debe ser terrorífico. Hay gente así en la vida y es un auténtico problema y una pesadilla tener ese tipo de personalidad", afirma el actor, que sentencia: "La vida siempre duele, pero a Jacobo Vidal le duele más".

¿Cómo le surgió la oportunidad de protagonizar esta serie?

Mar Coll me envió una separata del guión hace un año y me dijo que tenía la sospecha de que era yo el actor que estaba buscando. Al leer la separata, me di cuenta de que estaba ante un guion extraordinario. Estaba tan bien pulido y definido el personaje, que vi enseguida que era una maravilla. Luego me hizo una prueba y tuve la fortuna de que me diera a mí el papel. Entonces le pedí que me enviara la serie entera y no daba crédito. Al tenerlo sobre el papel y trabajarlo una y otra vez, entendí que lo que tenía era oro. Lo que han hecho Mar Coll y Valentina, la otra guionista, es contar la historia femenina a través de un hombre. Y digo femenina porque hay una pulsión, un fraseo y una manera de escribir la frase a la actriz y al actor que

¿Cómo ha sido ponerse a las órdenes de Mar Coll?

Yo me he sentido muy cómodo, muy querido y muy libre. Hay una cosa que siempre agradeceré a Mar, y es que, a la hora de dirigir, ella solo te da una perla o cuatro frases. No es una pesada, ni un coñazo, que te especifica cada detalle. Todo lo contrario. Si has confiado en mí, confía en mi de verdad. Me dejaba a mí hacer las cosas como he querido y eso es un milagro.

El de Jacobo es un personaje muy duro, muy complejo. ¿Hay algo en lo que sienta identificado con él?

Es un personaje con muchas aristas sí, muy complicado. Como digo siempre, somos hijos de alguien y con la edad que tengo, siento que me encuentro en el centro de mi vida como está Jacobo en el centro de la suya. En casa, lo que hice fue, por un lado, trabajar mucho en el guion para que el arco emocional lo tuviera muy claro. A la hora de rodar, no se ruedan las escenas y los capítulos en orden, por lo que se te rompe la línea de trabajo y tienes que tener claro en todo momento en dónde estás.

Por otro, hice el ejercicio de acordarme de mis padres y de mis tíos. Ellos eran hombres de esa época: hombres rudos; emocionalmente analfabetos; personas sin herramientas emocionales para gestionar la vida, el amor o la ternura; personas que venían de una post post guerra; que les decían que había que formar una familia, que había que prosperar, que los hijos fueran a la universidad... Ese es Jacobo Vidal. Entonces, abrí un álbum familiar y dije: La historia está aquí, no me tengo que ir a ningún lado. 

Un hombre de esa época, pero con ese trastorno obsesivo que le acompaña todo el tiempo, en cada decisión... 

Claro, es que es un tipo que tiene miedo. Jacobo Vidal es un hombre que se ha comprado todos los miedos del mundo. Es un hombre con una inseguridad patológica y que lo pasa mal. Es un hombre que está permanentemente amenazado por la vida. Siempre en alerta y siempre esquivando algo. Por eso sus hijos, que son su expresión carnal, tienen que estar muy protegidos. Hay una frase en la serie que lo define: 'Si me haces caso, todo va a ir muy bien'. La historia de Jacobo Vidal es la historia de un fracaso como país en una crisis terrorífica que nos sacudió. Jacobo decía: 'Pero si yo tenía dinero, con un futuro planeado para mis hijos...' Todo se le va al garete. La vida es más lista que tú. 

¿Es el mundo tan hostil como lo ve su personaje?

No creo que sea tan hostil, pero para la gente que sufre esas patologías, el mundo debe ser terrorífico. Hay gente en la vida así y es un auténtico problema, una pesadilla, tener ese tipo de personalidad. La vida es hostil, por supuesto, pero el hombre tiene las herramientas para que no duela tanto. La vida siempre duele, pero a Jacobo Vidal le duele más.

Hasta ahora solo le habíamos visto en series de la televisión en abierto. ¿Cómo ha sido trabajar para una plataforma de pago? 

Se trabaja muy cómodo, aunque hemos trabajado como cabrones y hemos echado horas como hijos de puta. Pero lo muy bueno que tiene Movistar+ es que además de tener dinero suficiente para afrontar proyectos grandes como La Zona, se arriesga por proyectos pequeños pero que son universales, como es el de Matar al padre. También han permitido a Mar Coll, y es algo que solo hace Movistar, trabajar con el equipo que ella ha elegido. Le han preguntado quién quería que fuera su protagonista, su director de fotografía, su director de atrezzo... Eso no se puede hacer si no tienes un respaldo potente detrás y yo creo que es una defensa que siempre he hecho y he aplaudido de esta gente. Lo hacen de verdad y espero que lo sigan haciendo: respetar al director con su guion y su final. A Mar no le han cambiado ni una coma. Esto no ocurre ni en el cine ni en otras cadenas. 

¿Teme que este tipo de ficciones queden reservadas para las cadenas de pago? 

Lo que tienen que hacer las cadenas en abierto es invertir más. TVE, Antena 3, Telecinco... tienen dinero suficiente para hacerlo, pero lo que tienen que hacer es romper un modelo, que es un modelo muy cansino. Y lo digo con todo el respeto. Las generalistas están para entretener a las familias españolas, pero hay que pensar en romper unos modelos que están un poquito obsoletos. Lo bueno de series como las que hacen aquí es que les pone las pilas, es un órdago. 

Durante los últimos años, ¿hay alguna serie de la televisión en abierto en la que le hubiera gustado trabajar?

Me hubiera gustado estar en Isabel, la de Televisión Española. Es una serie que estaba muy bien hecha y que tenía un reparto muy interesante, pero realmente nunca me llamaron. Nunca me llaman para este tipo de series históricas. Los personajes históricos me interesan y creo que dentro de lo que hacemos, no estaba mal explicado. No sé si alguna más... (Piensa). También me gustó ¿Qué fue de Jorge Sanz?, aunque no era de una generalista. Me pareció una serie maravillosa, rompedora, valiente y con unos guiones y una cámara brutal.

Si se viera frente a frente con el Gonzalo de Castro que empezaba a triunfar en 7 Vidas, ¿qué consejo le daría?

Le diría que no ceje en el empeño. Al final hay un caramelo.

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Marcos
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En Contra

El íºnico fracasado eres tíº

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#1