En Los Cayos de Florida la humedad es la protagonista en el ambiente. Palmeras, parras y un característico olor a jazmín destacan en un paisaje lleno de lagartijas, pájaros y personas que viven al ritmo de la isla. Con una vida muy alejada del bullicioso Hollywood, Los Cayos son sin duda un emplazamiento cinematográfico sinigual. En la exitosa producción de Netflix Bloodline, la localización proporciona el escenario perfecto para el oscuro embrollo de la familia, sus crímenes, secretos y desilusiones.
"Los Cayos son un personaje más de la serie y el clima es un componente clave en la trama", declara Kyle Chandler, protagonista de la serie. "No hay ninguna duda".
La primera temporada de Bloodline presentó a los espectadores a los Rayburn, una respetada y cercana familia de Islamorada, Florida. A simple vista, los hermanos John (Chandler), Kevin (Norbert Leo Butz) y Meg (Linda Cardellini) parecen ciudadanos modelo con una entidad moral impecable. Sin embargo, a medida que la serie evoluciona y después de que la "oveja negra" de la familia, Danny (Ben Mendelsohn), regrese a sus vidas, la pulcra apariencia se empezará a desvanecer.

"Como dice John, 'No somos malas personas, pero hemos hecho algo malo'. Es una declaración interesante", comenta Cardellini. "Porque, ¿en qué momento eres una mala persona, a pesar de que no pienses que lo eres? ¿En qué momento tu comportamiento te define o puedes definirte a ti mismo?"
"Te gusta la familia pero de repente piensas: 'Espera un momento. No son tan simpáticos como parecen'", explica el actor John Leguizamo, quien se ha unido al reparto en la segunda temporada. "Todo el mundo es culpable de hacer demasiado o de no hacer nada. Todo el mundo tiene su parte de culpa de forma u otra".
La primera temporada de Bloodline se convirtió rápidamente en una de las producciones preferidas por la audiencia y la crítica, otorgándole a Chandler su cuarta nominación a los Emmys y reconocimientos en los Globos de Oro y los Critics'Choice Awards a Mendelsohn.
"Es maravilloso sentir que formas parte de un pequeño grupo donde destaca la calidad de las producciones", ha declarado Mendelsohn.
Usuarios de todo el mundo siguen respondiendo de forma positiva a la serie creada por Todd Kessler, Glenn Kessler y Daniel Zelman. Más conocido como "KZK", el trío ya había trabajado anteriormente con el galardonado thriller legal Damages.
"Se han posicionado como el mejor equipo para llevar a cabo este tipo de producciones y es un reconocimiento sin duda más que merecido", comenta Mendelsohn. "Si hay alguien ahí afuera que lo esté haciendo desde luego yo no les conozco. Mucha gente daría cualquier cosa por tener unos fans de este calibre".
"Una de las cosas con las que me encontré al trabajar para grandes series es que los creadores tienen una visión muy fuerte", declara Cardellini, veterana de grandes producciones como Mad Men, Urgencias y Freaks and Geeks. "KZK son capaces de ver cada detalle de lo que está ocurriendo y encargarse de que todo suceda tal y como está en su cabeza. Su nivel de involucración es máximo".

A pesar de que geográficamente puede ser muy específico, los temas familiares de Bloodline son universales. Los telespectadores respondieron muy bien ante los 13 primeros episodios, aunque no siempre de la misma manera.
"Cuando la gente habla de la serie, algunos odian y otros aman a un mismo personaje", destaca Cardellini. "Creo que es algo fantástico. No siempre tienes que odiar al malo".
Y es que detrás de cada personaje hay un gran actor: Mientras a Chandler y Cardellini les preceden series y películas de calidad, Butz ha sido ganador del Tony en dos ocasiones y Mendelsohn es un reconocido actor australiano. Tampoco podemos olvidarnos de los padres, Sally y Robert Rayburn, interpretados por Sissy Spacek y Sam Shepard quienes han elevado el nivel de la primera temporada de Bloodline.
"Se aprende mucho sobre interpretación por la capacidad que tienes de trabajar con diferentes personas", declara Mendelsohn, "Si yo hubiera sabido hace unos años que iba a trabajar con Sissy Spacek y Sam Sherpad, podría haberme muerto tranquilamente en ese mismo momento sintiendo que ya había cumplido todas mis expectativas como actor".
Quizá lo más importante es que los mayores fans de Bloodline son los residentes de Florida, que han dado la bienvenida al reparto y el equipo en sus casas, negocios y a su singular forma de vida.
"No quiero hablar en nombre de toda la comunidad, pero parece haber una sensación muy positiva con la serie y nuestra estancia aquí. Es una pasada, porque si estuviésemos molestando a la gente nos daríamos cuenta", dice Mendelsohn.
"Ahora, cuando vamos a los restaurantes y andamos por la calle la gente nos dice: 'Hey, tú rodaste en la tienda de joyas de mi hermana. Déjame invitarte a un café'. Vas a cualquier sitio y la gente te pregunta y quiere conversar contigo. Es como estar en el rodando constantemente", comenta Chandler.
¿Qué será lo siguiente?
A pesar de las diversas pistas que anticipaban un final alucinante, los espectadores de Bloodline se quedaron impactados por los oscuros acontecimientos que tuvieron lugar al final de la primera temporada. Con familia Rayburn destruida, ¿qué otra mentira podría aparecer en el horizonte?
"Todo ha cambiado", dice Cardellini. "No creo haya forma de olvidar lo que hicimos. Creo que nos va a perseguir constantemente pero, gracias a ello, las relaciones que parecían sólidas dejarán de ser lo estables que pretendían".

Al final de la primera temporada, Meg se ha trasladado a vivir a Nueva York con el objetivo de encontrar un nuevo trabajo y, por alguna razón, una nueva identidad.
"Creo que hay indicios de que podemos salir impunes, y quizá de que Meg puede tener esta nueva vida en algún otro lugar", dice Cardellini. "Pero, por supuesto, la situación la volverá a atrapar".
Mientras tanto, los hermanos John y Kevin están en Florida para hacer frente a las consecuencias de un crimen que están tratando de olvidar. Para complicar las cosas aparecen algunas caras nuevas del pasado de Danny, incluido Ozzy, personaje interpretado por Leguizamo; y Evangeline, interpretada por Andrea Riseborough.
"Ozzy está reemplazando a Danny en muchos sentidos", dice Leguizamo de su personaje. "Es de Miami; creo que es un chico espabilado... Danny está loco, pero mi personaje está más loco todavía".
"Es más consciente y más destructivo que Danny porque disfruta haciendo lo que hace", añade Mendelsohn. "Esto no significa que no piense que Danny pueda disfrutar con la situación de su familia, pero la maldad de Ozzy no es comparable a la de Danny".

Al igual que Evangeline, Riseborough interpreta a una mujer importante del pasado de Danny con algunos asuntos sin resolver. Ambos actores son conocidos por sus películas y trabajos en las tablas; Leguizamo es un actor ganador de un Emmy, dramaturgo, productor y guionista, mientras Riseborough es una actriz inglesa que ha participado en películas como Birdman, Brighton Rock y Oblivion.
"Andrea Riseborough es considerada dentro del círculo de actores como una de las mejores actrices del mundo", declara Mendelsohn. "Es una de las actrices Shakespearianas más reconocidas, es muy buena. Y qué podría decir sobre John Leguizamo. El día que me enteré de que iba a formar parte del reparto fue alucinante".
Spacek repite su rol como Sally en la segunda temporada, así como lo hace la ya habitual de la serie Jacinda Barret, en el papel de Diana como mujer de John; y Katie Finneran, interpretando a la exesposa de Kevin, Belle.
"Hay nuevas relaciones vinculadas a más mentiras y secretos, y saldrán a la luz acontecimientos del pasado que harán a la audiencia darse cuenta de que nada es como parece", comenta Chandler. "Psicológicamente, John no es capaz de darse cuenta de algunas de las cosas que han pasado. Me siento un poco como una marioneta; arrastrado por todas estas cosas extrañas".
Como ya demostraron con Damages, KZK son conocidos por jugar con la estructura y el ritmo de sus producciones. En la primera temporada de Bloodline, experimentaron con escenas del presente y visiones del futuro elevando la tensión en cada episodio para acabar con un final apoteósico.
En la nueva temporada, el trío KZK empleará más el recurso de los recuerdos que las visiones de futuro que permiten a Mendelsohn volver como Danny. Y mientras los primeros episodios de Bloodline se toman su tiempo en introducir a los personajes y su situación, los espectadores pueden esperar un ritmo más rápido en la segunda temporada.
Chandler: "El comienzo de la primera temporada es algo lento, pero a medida que vas conociendo a todos los personajes de la historia, comienzas a experimentar la tensión que te engancha a la trama".
Mendelsohn "Parece que este año la tensión ha explotado", continua haciendo una explosión de movimientos con su mano. "Ahora todas las tramas están en al aire, entrelazándose y moviéndose mucho más rápido".
"Mucho de lo que están haciendo en esta temporada está enfocado en las consecuencias de lo que ha ocurrido", dice Cardellini. "Ahora hay muchas cosas sucediendo y mucho más juego".
En el rodaje: De vuelta a los Cayos
En septiembre de 2015 el reparto de Bloodline volvió a los Cayos de Florida para empezar el rodaje de la segunda temporada. Aunque todavía hacía bastante calor, la humedad y los insectos fueron más leves que en 2014, porque casi toda la primera temporada se rodó en pleno verano.
Cardellini: "Mientras rodábamos la primera temporada me picaron por lo menos 40 mosquitos".
Pero la verdad es que la localización es tan impresionante que incluso cuando los actores podían irse a casa porque tenían descansos en el rodaje, se quedaban disfrutando del sitio.

"Quise llegar antes de que empezásemos a rodar a los Cayos para acostumbrarme al clima y adecuarme a la localización", comenta Mendelsohn. "Salí en barco, me emborraché, pesqué. Hice de todo".
Para Leguizamo, el rodaje de Bloodline marcó su primera visita a los Cayos. A pesar de que él prefiere pasar su tiempo libre en su casa en Nueva York, comenta que le encanta la fuerte vinculación que tiene la serie con el emplazamiento.
"Siempre es mejor cuando grabas en una localización real, hace que los actores se involucren más y sientan lo que el sitio inspira. Cando grabas en un estudio, hay una falsedad que de un modo u otro afecta al trabajo".
Grabar en un estudio puede traer también problemas con los que no contabas. Al estar en los Cayos, el reparto y el equipo se permitieron crear su propio mundo.
"No hay managers viniendo al set; la industria está a 4.000 kilómetros de distancia", dice Chandler. "Así que estamos aquí a lo nuestro, viviendo en nuestra pequeña burbuja, viviendo la serie".
La elección de la ubicación de los creadores no fue por casualidad. En los Cayos, al igual que en la familia Rayburn, nada es como parece, todo oculta algo más oscuro e intrigante.
"El ambiente de los Cayos hace que algunas cosas sean más volátiles y otras más lentas", declara Cardellini. "Todo es hermoso y al mismo tiempo hay una historia detrás de ciertas cosas muy perversas que ocurren aquí".
"Cuando cruzas hacia los Cayos, lo primero que encuentras es una carretera desierta", dice Mendelsohn. "Hay algo muy especial en un lugar que solo tiene una carretera, una sola forma de llegar a ella por tierra". Añade, "Es un paraíso, pero también tiene un lado fuerte u oscuro. Hay algo muy denso en el aire, todo está muy vivo".
Una producción televisiva con técnicas cinematográficas
Los fans de Bloodline se sorprendieron al descubrir que los actores se enteraban de sus propias historias al mismo tiempo que los espectadores: episodio a episodio. Para algunos, la serie, y el "desconocimiento", significó un gran proceso de adaptación.
"Cuando hago teatro y películas, sé exactamente lo que va a ocurrir", dice Leguizamo. "Con esta serie, recibo el episodio una semana antes de rodar. De esta forma estás al tanto de por dónde va la trama, pero en cualquier momento podría cambiar".
Incluso cuando la primera temporada estaba en producción, mientras la mayoría de los actores eran conscientes del final, no sabían cómo sus personajes iban a llegar a ese punto hasta el día que recibieron el guion.

Mendelsohn: "Ya había trabajado haciendo series de televisión pero nunca había tenido tantas ganas de recibir el guion del próximo capítulo como me pasa con Bloodline".
Como Bloodline es un proyecto de Netflix, se da al reparto y al equipo más libertad con la estructura y el contenido de la que tendrían en cualquier serie de televisión tradicional.
"Lo mejor de Netflix para mí como actor es que aunque lanzamos la serie en Estados Unidos en junio el auge de la producción se mantiene durante mucho tiempo porque no tiene la temporalidad de la televisión tradicional", comenta Mendelsohn. "Mantienes la sensación del lanzamiento y esperas que continúe durante unos años".
"Cuando estás en una serie que depende en su mayoría del número de telespectadores semanales y vives y mueres por esos números, esto ejerce una presión bestial en el proyecto", dice Cardellini. "Este proyecto no ha tenido la misma presión. Se mantiene por sí mismo, ya que los usuarios pueden verlo cuando quieran".
La relación entre el reparto y el equipo técnico de Bloodline ha sido maravillosa. Esto permite que la comunicación en el plató sea fácil y ayuda a la capacidad de improvisación en los diálogos e interpretación.
"El ambiente en plató es increíble, no hay malas palabras, nadie se grita o se mandan callar", dice Chandler. "Solo hay un 'manos a la obra'. Están abiertos a que elijamos escenas y les demos vida. Quieren diferentes tomas. Es algo vivo, con energía y hace que el día pase más rápido".
Tanto los espectadores de Bloodline que están ya esperando ansiosos la segunda temporada como los que todavía siguen fascinados con los episodios de la primera, están enganchados a un drama familiar casi sinigual.
"Glenn (Kessler) y Dan (Zelman) me dijeron 'Básicamente, nosotros no tenemos ni idea de si esto va a funcionar. Realmente estamos apostando por ello", recuerda Chandler de su primer encuentro con los creadores. "Y ahí es cuando dije 'cuenta conmigo".
Chandler añade "No sé a dónde va este personaje, pero estoy seguro de que voy a hacer cosas que nunca imaginé".
Por Whitney Matheson.