Amador se mete a escritor en el último capítulo de La que se avecina para reconquistar a la Cuqui. Ante los intentos de su mujer de escribir relatos eróticos, Amador quiere mostrarle que le apoya en su trabajo y escribe un relato muy caliente para que lo incluya en el libro.
"El maromo le enganchó los melones y se le pusieron los pezones tiesos como pitorros de colchoneta...", reza el comienzo del cuento de Amador que descarta la Cuqui y cuya finalidad era, como no podía ser de otra manera... echar un pinchito.