Se han propuesto producir el siguiente éxito de Broadway y para conseguirlo tendrán que realizar un exigente casting para seleccionar a la actriz que encarne a la mítica protagonista: Marilyn Monroe. Con este punto de partida arrancan las tramas de Smash, serie musical producida por Steven Spielberg y protagonizada por Debra Messing y Anjelica Houston que Divinity estrena el 11 de octubre, a partir de las 22.30, con una doble entrega de episodios.
La serie, que congregó a una media de 11,5 millones de espectadores en su estreno el pasado mes febrero en la cadena norteamericana NBC, prepara ya la segunda temporada. Junto al oscarizado Spielberg, la producción ejecutiva del proyecto cuenta con Craig Zadan y Neil Meron, responsables de los musicales Chicago y Hairspray, respectivamente.
Julia (Debra Messing) y Tom (Christian Borle) forman un exitoso equipo de guionistas especializados en la creación de musicales. Ambos comienzan a trazar las líneas de un nuevo proyecto basado en la vida de Marilyn Monroe que acaba convirtiéndose en realidad cuando la tenaz, inteligente y cínica productora Eileen (Anjelica Houston) lo descubre y decide apostar por él bajo la dirección de escena de Derek (Jack Davenport), un tipo tan brillante como egocéntrico.
Todos ellos empezarán a trabajar con la difícil tarea de encontrar a la actriz que encarne a la mítica actriz de Hollywood. La candidata ideal parece Ivy Lynn (Megan Hilty), una veterana de la escena teatral de Broadway que sueña con conseguir la gran oportunidad de su vida. Sin embargo, Karen Cartwright (Katherine McPhee), una joven recién llegada de Iowa, plena de entusiasmo y pasión y con el sueño de abrirse camino en el mundo del espectáculo, deja boquiabiertos a todos en su primera audición. Ambas rivalizarán por conseguir el papel que podría cambiar sus vidas.
Al mismo tiempo, las vicisitudes de la vida real dificultarán el proceso de construcción del espectáculo: Julia y su marido tendrán que hacer frente a un complicado proceso de adopción; el marido de Eileen le pedirá el divorcio a la productora, un conflicto judicial que podría poner en serio riesgo las viabilidad económica del espectáculo; y Derek, el brillante director, podría arruinarlo todo por su fascinación por las mujeres.