La casa de papel cambió la vida de Miguel Herrán. El actor, ganador de un Goya a los 19 años por A cambio de nada, se catapultó a la fama gracias a su papel de Río en la serie que primero emitió Antena 3 y que luego pegó el 'petardazo' definitivo en Netflix. Después, llegarían Élite y más de 14 millones de seguidores en Instagram.
Pero no es todo oro lo que reluce en este joven de tan solo 24 años. Herrán ha desvelado en una entrevista para ICON su lado más oscuro llegando a decir de sí mismo que se veía como un "verdadero hijo de puta" en el pasado. "Tuve una manera de ser bastante cabrona y de momento tengo miedo de contarlo, porque hice cosas de las que no me siento orgulloso".
Lea también: Miguel Ángel Silvestre, fichaje bomba de 'La casa de papel' para su quinta y última temporada en Netflix
Tanto es así que el intérprete se planteó que todo mejoraría si él muriera. La motivación le llegó gracias a la interpretación cuando Daniel Guzmán le ofreció a hacer su primera película en una noche en la que estaba con sus colegas en la calle: "Yo era el típico chaval nini. No quería trabajar ni estudiar".
"Me cuesta mucho estar aquí y ahora. Siempre estoy pensando en lo que voy a hacer después, sin disfrutar del momento. Hago un montón de cosas a lo largo del día y no estoy en ninguna", cuenta Miguel Herrán revelando que se siente "vivo" en los "deportes extremos" como la bici de montaña.
El protagonista de La casa de papel también cuenta en la entrevista a la citada publicación la vigorexia que sufrió de adolescente. "Mis amigos me llamaban Conan el Bárbaro", dice. "Tengo espejos en los que me tengo prohibido mirarme con ciertas luces porque sé que me voy a obsesionar", añade sobre su miedo a perder un músculo. "En La casa de papel llegó un momento en el que si me agachaba me reventaba el mono".
Lea también: "Me llegó el guion y dije: 'guau": así se enfrentó Alba Flores a su increíble escena en el final de 'Vis a vis'
Miguel Herrán ('La casa de papel'): "El dinero me ha ensuciado como persona"
El testimonio de Miguel Herrán es tan real como la vida misma, lejos de cualquier foco. "He notado que la gente piensa que mi vida es la polla, que me follado a Ester Expósito y a Úrsula Corberó, y que no me puedo quejar. El dinero no me ha hecho feliz, me ha quitado bastante felicidad y me ha dado más preocupaciones que cuando no lo tenía. Me ha hecho más ambiciosos. El dinero me ha ensuciado como persona, no lo valoro. En el resto sigo igual o peor".
Herrán hace rentable sus 14 millones de seguidores en Instagram. "Eres gilipollas si no lo aprovechas", asegura. "Ahora mismo, el prime time de la televisión tiene menos espectadores que el Instagram de Ester Expósito. Netflix nos dio dos iPhones y dos cámaras para crear contenido durante el rodaje [de Élite]".
Lea también: 'Élite' interrumpe la grabación de la cuarta temporada por un positivo en coronavirus en su reparto