Los espectadores de Vivir sin permiso respiraron tranquilos el lunes pasado al ver cómo 'resucitaba' Mario Mendoza, el personaje que interpreta Álex González y que fue empujado al acantilado por Nemo Bandeira (Coronado) al término de la primera tanda. "Tenía muchas ganas de estar en la segunda temporada y creo que lo han resuelto muy bien", dice a ECOTEUVE.ES. "El Mario manipulador y ambicioso ha muerto, ahora ha nacido un Mario más altruista".
Telecinco estruja de nuevo el tándem Coronado-González que tantas alegrías dio en el pasado. "La relación que tenemos en la vida real se extrapola a la pantalla. No es un forma magistral. Ojalá se siga viendo así y nos contraten en pack", declara el intérprete, que desvela una anécdota antes de estrenarse El Príncipe: "Los productores nos decían: 'Es que tenéis mucha química, tenéis casi mas química Jose y tú que tú con Hiba [Abouk]".
Durante 2019, a Álex González le habíamos visto más en spots publicitarios que en serie. Pero existe un motivo: ha estado centrado en un proyecto especial y, de alguna manera, ha ejercido de productor de una película. El actor dice que le cautivó tanto un documental sobre un luchador mexicano que se animó a contar su historia: "Ahora conozco un poco mejor mi industria". Además, a finales de enero grabará la serie Tres Caminos para Amazon.
Ha dicho que quería estar sí o sí en el segunda temporada de Vivir sin permiso. ¿Cómo fue?
La primera sabía cómo acababa, pero no era con este final en el guion. Una mañana llegó una separata, lo leo y veo Nemo y Mario discuten en un acantilado, Nemo lo empuja y él cae... y fin del capítulo. Dije: 'Oye, ¿me habéis matado y no me habéis avisado? Sí, tenía muchas ganas de estar en la segunda y creo que la forma en que lo han resuelto está muy bien.
¿Cuándo leyó ese final sabía que ya se había dado luz verde a la segunda entrega?
No lo sabíamos nadie. Fue una sorpresa. Es cierto que sabíamos que había muchas posibilidades y, de hecho, grabamos la segunda antes de que se estrenara la primera. Pero no, cuando vi que me mataban no sabía que había segunda temporada.
¿Cómo definiría a este nuevo Mario Mendoza?
Es un Mario renovado. Metafóricamente ha muerto el Mario manipulador y ambicioso, se redime y nace un Mario mucho más altruista, generoso menos ambicioso y que cree más en el amor.
Lea también: Jose Coronado: "Telecinco y yo tenemos una historia de amor, pero a veces me surgen amantes"
¿Qué ha supuesto profesionalmente Vivir sin permiso?
Profesionalmente, Enfrentarme por primera vez a un villano de esas características y que la gente me diga por la calle que me ha cogido un poco de tirria. He aprendido mucho con este personaje, tiene un arco maravilloso y uniéndolo con la segunda temporada es aun mayor.
¿Por qué cree que funciona tan bien el tándem formado por Jose Coronado y Álex González?
No lo sé. Recuerdo que cuando aun no se había estrenado la primera temporada de El Príncipe, los productores nos decían: 'Es que tenéis mucha química, tenéis casi mas química Jose y tú que tú con Hiba [Abouk], y la historia de amor no sé...'
Yo no sabía a qué se referían, sí sabía que me sentía muy cómodo y a gusto trabajando con él por lo personal y lo profesional y luego cuando vi la primera temporada dije 'es verdad que hay química'. A veces, la relación que tienes en la vida real se extrapola a la pantalla y creo que es lo que pasa. No es una formula magistral. Ojalá los productores lo sigan viendo así y nos contraten en pack.
¿Qué tiene su compañero que le hace tan especial?
Tiene una cosa muy magnética y poderosa, que hace que todo el rodaje sea un piña. Es un hombre que esta tan focalizado en lo que hace, tan capaz y generoso que no solo está en lo suyo, sino que está en todos los departamentos: vestuario, peluquería, la luz... Pone a todo el mundo en un listón muy alto.
¿Los espectadores les verán juntos en un nuevo proyecto?
Ojalá. De momento no lo tenemos, pero confío en que la profesión nos una de nuevo.
Desde que terminó de grabar Vivir sin permiso no le hemos vuelto a ver en otra serie. ¿Qué ha ocurrido?
Se puede decir que estoy en otro momento de mi vida. Lo que pasó es que en el 2018 vi un documental con una historia que me gustó mucho para contarla y como nadie la producía, yo empecé a avanzar por mi cuenta sin saber que lo que estaba haciendo era ser productor.
He dedicado gran parte de 2019 a coescribir el guion con un escritor americano que se llama Brian, a comprar los derechos de la novela, a conocer mucho al personaje, que es un hombre mexicano que vive y que se dedica a la lucha libre. Ahora voy a hacer un break porque es inabarcable y más para mi que no soy ni quiero ser productor, pero me he visto obligado. Dicen que de una necesidad surge una acción y mi necesidad ha sido contar ese personaje y la acción, levantarlo.
¿De qué novela se trata?
La novela es Cassandro, El Exótico. Solo hay un documental hecho de doce minutos que me cautivó hasta el punto que fui a conocerlo a Texas y luego ya le he ido siguiendo.
¿Le gustaría protagonizarlo, no?
Claro.
Ahora lo difícil es encajar el proyecto en alguna cadena o plataforma...
Cuando vas a buscar financiación o un coproductor, ahí te haces la pregunta: 'Qué quiero, ¿una tele y estrenarlo en cine para que esté una semana en salas y luego desaparezca o una plataforma para que tenga visibilidad en todo el mundo?'.
Aquí me he dado cuenta que todo ha cambiado y hemos pasado a una línea de no retorno. No sé qué vida tendrá a partir de ahora el cine, es verdad que la tendencia es que desaparezca, ojalá no, pero a la hora de producir algo es mejor una plataforma.
¿Es más difícil ser productor que actor?
Yo no soy productor, de hecho lo que he podido hacer es en contra de mi voluntad hasta que me he dado cuenta de que me estaba metiendo en la producción a la fuerza. Pero, sin duda alguna, es más difícil ser productor porque los actores llaman a muchas puertas y algunas se abren y otras no. Detrás de cada puerta hay un camino. Como productor no hay ninguna puerta ni ningún camino. Te lo tienes que hacer todo tú.
¿Qué le ha aconsejado Coronado sobre este proyecto?
Por una parte me animaba, pero otra me hablaba como si fuese mi hermano mayor o mi padre y me decía: 'Déjate de tonterías, chaval, y ponte a trabajar'. Una vez me dijo: '¿Tú de qué vives?' (risas). Me apoya, lo que pasa que Jose es un tipo muy sólido, que tiene las cosas muy claras y que no quiere que me vaya por los cerros de Úbeda.
Con Tres Caminos regresa a la ficción. ¿Tenía ganas?
Sí, Tenía ganas y además ganas de despreocuparme. Ahora valoro mucho el lugar privilegiado que tenemos los actores dentro de la industria porque, al final, somos la cara visible en una ficción. Levantar un proyecto es muy difícil y ahora he sabido lo importante que es tener una idea, algo tan frágil como una idea, que se te puede olvidar en un momento si no la escribes, y luego llevarla a cabo. Es lo que hacen los productores, construirla, hacerle creer a todo el mundo que eso va a ser así, incluso en los momentos difíciles... Ahora conozco un poco mejor mi industria.
Últimamente le vemos mucho en la prensa del corazón por su relación con la diseñadora Blanca Rodríguez. ¿Cómo lo lleva?
Lo llevo bien porque creo que hay que ser flexible en la vida y que todos los trabajos te aportan cosas buenas y malas. Las malas tampoco son tan malas. La prensa del corazón es para mí una especie de termómetro que te dice en qué momento estás: si haces un trabajo que va bien, sales más, sino, sales menos. Ya está, tan sencillo como eso.
Luego te tienes que cuidar de hacer ciertas cosas como que si vas un sábado al cine a un centro comercial, tienes que saber que te van a freír a fotos. Quiero decir que son pequeños cambios y todos podemos coexistir. Al final es todo como tú lo quieras vivir y si lo quieres vivir como un problema será un problema.