Alaska y Mario Vaquerizo son televisión en estado puro. Olvido Gara y su marido y representante no se han atado nunca a ninguna cadena, por eso les hemos visto desde en Antena 3 con El hormiguero; en Movistar+ con Likes o en TVE con Alaska y Segura y lo próximo de MasterChef Celebrity. Pero si hay algún programa donde pretenden jubilarse ese es su reality Alaska y Mario, que regresa este domingo (21.30) de forma simultánea tanto en abierto con Paramount Network, como en pago con MTV.
Y no les importa la sobreexposición en el medio. "No creo en la 'quemación", bromea Vaquerizo que recuerda la frase de Concha Velasco en el FesTVal de Vitoria de hace unos años: "El que se quema es el que no sale en la tele". Por eso manda, un dardo envenenado a aquellos que tenían prejuicios por hacer televisión: "Ahora todas las niñas quieren estar en Netflix. Y lo hacen tarde y mal porque si lo hubieran hecho antes, hubieran cobrado más dinero".
A diferencia de otros realitys como Las Campos o el de Ana Obregón, el suyo marca el camino a seguir. "Mostramos nuestra vida rodeados de nuestros amigos aunque en esta ocasión el hilo conductor será la vuelta a nuestros orígenes", afirma a ECOTEUVE.ES Alaska. Así, los espectadores podrán ver a Bibiana Fernández, la familia Flores, los futbolistas Torres y Koke o a Pedro Almodóvar.
Quinta temporada de vuestro reality...
Mario Vaquerizo: Sí. Somos fan de Pamela Anderson y nos encanta verla hablando con su jefe de comunidad en los Ángeles y nos gusta ver a los 'Ousborne' y a todo ese tipo de gente. No me preocupa nada que digan que hacemos telebasura. Además, me gusta que se emita el domingo porque es un día muy aburrido.
Alaska: El programa es nuestra vida diaria y con nuestros amigos de siempre. Hemos buscado un hilo conductor que ayudase; en la primera temporada fue nuestra boda, en la segunda, nuestra luna de miel que no habíamos hecho y entonces nos fuimos a Los Ángeles…y en esta ocasión decidimos buscar nuestros orígenes. Los míos en México y los de Mario en Vicálvaro.
¿Cuáles han sido los momentos más emotivos?
A: La visita al colegio donde estudió Mario, el San Amar. Lleva 20 años cerrado, pero fuimos con su antigua directora que se sabía el nombre de todos los alumnos. Me emocionó ver los pupitres de los niños.
M.V.: Fue como volver a la realidad y darte cuenta de que he sido un privilegiado. Allí compartí muchas cosas con mi hermana y mi hermano, que ya no está. El colegio tenía una educación muy moderna porque podías escoger entre religión y ética, te daban premios...
Mario, ¿qué pensabas que ibas a ser cuando fueras mayor?
John Travolta (risas). He sido más listo de lo que yo mismo me creo. Os engaño a todos y me hago el tonto. Siempre estaré agradecido a mi tía Elena por ese momento y a mi abuela Luisa por Baby Jane, de Chicho Ibáñez Serrador. Ella era la única que me dejaba ver películas de miedo y comprarme el SuperPop.
¿Y en México qué tal?
A: Ha sido un viaje precioso. Me he probado los tradicionales vestidos de 'quinceañeras' y hemos estrenado la nueva versión de la canción Huracán en Spartacus, la discoteca más divertida y abierta del mundo. Allí me dieron el primer homenaje de mi vida en el año 87.
M.V.: Me ha gustado mucho conocer México. Quiero volver a las barberías de allí para que me afeiten, ir a Sonora, Lagunilla... Sé que el país tiene mala prensa y que dicen que es peligroso, pero yo no he sentido miedo en ningún momento.
Os han visitado muchos amigos pero, ¿cómo habéis conseguido que Almodóvar participe?
M.V.: De forma natural porque Pedro adora a Olvido y no le va a decir nunca que no.
A: No hemos convencido a nadie para que venga a nuestro programa. Coincidió que esa semana había un evento con Pedro al que nos invitó y nosotros le pedimos permiso para ir con las cámaras. Jamás llegamos sin avisar. Lo mismo ocurrió con Los Javis, que ya formaban parte de nuestras vidas antes de La llamada.
M.V.: Lo mismo pasó con Alejandro Aménabar. Llevaba diez años diciendo que quería hacernos un vídeo y surgió en ese momento. Nos grabó un vídeo al estilo bodas, bautizos y comuniones.
¿Echáis de menos a Bimba Bosé y David Delfín?
A: Mucho. En el programa se verá que recibimos a una invitada de excepción, nuestra amiga Bibiana Fernández, la antigua propietaria de la casa, que nos ha ayudado a decidir qué cuadros de nuestro amigo David Delfín colgábamos. Y visitamos a Dora y June, las hijas de Bimba.
M.V.: En esos momentos también he llorado mucho. De tristeza porque ellos ya no están y de emoción por lo estupendo que ha sido haberles conocido y que hayan hecho posible que yo sea así.

¿Pensáis en la jubilación?
M.V.: Yo no, Olvido sí. Yo lo llamó jubilación temporal. Cuando termine MasterChef descansaré para luego volver a trabajar. Lo mejor es saber combinar las cosas porque tan malo es tirarse mucho tiempo trabajando como lo es estar de vacaciones. Como decía Arístoteles, la justa virtud está en la justa medida.
A: Salvo a que yo de volteretas en un escenario, el paso del tiempo no implica demasiado para que pueda seguir subiéndome a los escenarios. Tiene que ver más con las ganas de hacerlo, no con la edad.
Antes aparecíais más en la televisión. ¿Ahora habéis querido poner un poco de freno?
A: Yo tengo la sensación de estar en todos lados.
M.V.: Porque tú tienes los conciertos de Fangoria. Además de la televisión existen otros mundos. Es como cuando dicen que un grupo está hundido porque ya no aparecen en la radio y, de repente, te das cuenta que hacen más conciertos que tú. Esto es un extra que nos divierte. Cuando hemos querido decir que no, decimos que no.
Pero, ¿por miedo a quemar vuestra imagen?
M.V.: ¡Qué coño! No creo en la quemación.
A.: La frase de Concha Velasco en el Festival de Vitoria...
M.V.: Solo se quema el que no sale en la tele. A Concha Velasco la criticaban por hacer series de televisión y ahora todas las niñas quieren estar en Netflix. Yo soy muy viejo, y había muchas actrices que decían que hacer televisión era lo peor y mira ahora donde están todas. Y lo hacen tarde y mal porque si lo hubieran hecho antes hubieran cobrado más dinero. La Pataky fue la primera que hizo tele en España sin ningún prejuicio, como Belén Rueda, Esther Arroyo o Pepón Nieto.
¿Cómo ha evolucionado la televisión?
A.: Para mí no es diferente hacer un programa como La Bola de cristal, Lluvias de estrellas o Alaska y Mario. Es televisión aunque el lenguaje ha cambiado. En los años 70 era un estigma porque todos los cámaras querían irse al cine y hacían tele porque no les quedaba otro remedio. Ahora la gente sí cree en el medio.
