Jesús, un sevillano de 28 años, llegaba a First Dates para encontrar a "una mujer natural y con una bonita sonrisa". Al otro lado de la mesa, se encontraba Judith, una comercial "muy competitiva" y "con las preferencias amorosas claras".
Durante toda la cita, ambos no pararon de lanzarse "pullitas" e indirectas, y demostraron sentir una gran atracción el uno por el otro. Sin embargo los comersales sufrieron un pequeño bache cuando Jesús afirmó no gustarle las mujeres tan lanzadas como su pareja de la noche "porque ella tenía la situación en sus manos".
Pese a ello, la velada remontó hasta que tuvieron otro pequeño encontronazo en el reservado. El programa pedía a Judith que le diera a su cita un beso en la parte que más le gustara de ella. "¿Un beso? Donde sea, menos en la boca", contestaba rápidamente el sevillano, dejando descolocada y algo desilusionada a la comercial.
Finalmente, hubo desenlace feliz y los dos quisieron tener una segunda cita, pues era evidente que entre ambos existía una química especial.