Cristina Pardo 'rechazó' a Ferreras hace veinte años. Él le propuso unas prácticas en la SER pero ella se fue a la Cope. "Me ofrecían un contrato". El presentador de Al rojo vivo siempre creyó en ella y la fichó en 2006. Desde entonces han estado haciendo el tándem perfecto en el programa de La Sexta. Hasta ahora. Ella ha dejado la tertulia política para centrarse en sus nuevos proyectos en la cadena. El primero es el regreso de Malas compañías, el programa en solitario que ya estrenó el año pasado y que este domingo vuelve con el caso de los ERE de Andalucía.
"Por fin los ERE", podría decir, por ejemplo, Marhuenda.
Sí, hay quien dice que no le damos el mismo espacio que a otros casos y puede que haya algo de verdad. Siempre hay temas de corrupción más pintorescos y con más ostentación que se llevan más tiempo. Pero he de decir que este programa es el mejor que hemos hecho en Malas compañías.
¿Por qué?
Tiene el valor de que tenemos a tres cabecillas de los ERE: el sindicalista Juan Lanzas, el abogado Carlos Leal y el exdirector general de Empleo Javier Guerrero. No es habitual poder hablar con gente que está tan metida en un juicio por corrupción.
Además, está la peculiaridad de que Lanzas y Guerrero nos dijeron que no querían darnos la entrevista y decidimos hacer una especie de asalto. A Lazas en el bar de su pueblo donde estaba desayunando y a Guerrero en un bar de Sevilla. Y al final hablaron y eso tiene mucho valor informativo.
Más de un político va a empezar a tener miedo cuando esté en una cafetería desayunando.
Eso será una buena señal (risas).
¿Tienen especial temor cuando ven que es usted quien aparece con un cámara haciéndoles preguntas?
Cuando entramos al bar lo hacemos grabando y hay gente que quizá tiene miedo a reaccionar mal ante la cámara y por eso contestan. Corres muchos riesgos. De hecho, Juan Lanzas termina llamándome gilipollas delante de las cámaras.
¿Hacer así las entrevistas da subidón?
Tienes que tener la primera pregunta bien clara, pero también el resto. Y las tienes que hacer antes de que te echen. Y, al mismo tiempo, escuchar para repreguntar. De verdad creo que es el mejor Malas compañía hasta ahora. El primero [este domingo 25 de abril] es bastante duro para el PSOE.
Ha dejado Al rojo vivo para centrarse en otras proyectos en La Sexta. ¿Cómo ha sido su despedida?
Emocionalmente ha sido duro. Ferreras para mí es como un padre profesional, le conocí hace 20 años y llevo con él desde 2006. Fue durillo. Pero no me desvinculo del todo porque seguiré relacionada con Informativos. Sí sentí como si me estuvieran amputando una pierna. Dejo atrás algo que me ha hecho muy feliz y que me ha dado grandes oportunidades.
¿Lo propuso usted proque necesitaba 'respirar' o le obligaron a dejarlo?
Como hay que preparar otros proyectos, yo no puedo llegar a mesa puesta. Necesito tiempo y centrarme en lo que voy a hacer. Un martes decidimos que al lunes siguiente ya no estaría en ARV y mandé un mensaje al grupo de WhatsApp que tenemos en el programa. Me puse a llorar mientras esperaba a Francisco Granados en el Congreso y parecía que la imputada era yo (risas). Por suerte, ese día se cortó la señal, porque si no hubiera sido lamentable.
Ha debutado María Llapart en ARV. ¿Qué le parece su 'sustituta'?
Es muy trabajadora y espero que tenga mucha suerte porque yo lo que quiero es que Al rojo vivo siga muchos años y con muy buena salud. Seguro que lo va a hacer muy bien.
Tanto usted como Llapart son ejemplo de la cantera de La Sexta, que habitualmente tira de promoción interna.
Siempre digo que a los trabajadores de La Sexta nos dan muchas oportunidades de hacer cosas. Cantera hay en todas partes, lo importante es que los jefes arriesguen y te dejen hacer cosas.
Ferreras siempre apostó por usted. Incluso cuando decidió irse a la Cope y no estar con él la SER.
La verdad es que sí. No sé cómo me hubiera ido la vida si yo hubiese apostado por él y me hubiera ido a La Ser. A mí me ofrecían un contrato en la Cope y él unas prácticas en la Ser. '¿No te fías de ti?', me dijo. 'No, no me fío de ti', respondí yo (risas). Y me fui a la Cope. No me arrepiento porque estuve 9 años y aprendí muchísimo. Luego la vida nos volvió a juntar.
Además de jefe, ¿pide consejo profesional a Ferreras?
Desde que le conozco no he dado un paso profesional sin consultarlo con él. No recuerdo ninguna vez que haya tomado una decisión de manera unilateral. Además da muy buenos consejos. Es un gran estratega para consultarle las cosas.
¿Y si alguna vez le tiene que consultar que le ha llegado una oferta de otra cadena? ¿Le ha ocurrido eso?
(Duda al contestar) De cadenas de televisión... no. Igualmente se lo consulté. Si yo viera que hay una oportunidad clara, se lo diría y me gustaría que él me animase con lo que yo decidiera. Pero claro que le escucharía. Da muy buenos consejos y tiene mucho sentido común.
¿Qué oferta fue esa que recibió?
No lo voy a decir, pero no fue de televisión. No sé si es que me ven muy contenta en La Sexta, pero no me han llamado de ninguna.
Me extraña, porque 'Malas compañías' nació casi por petición popular. Fueron muchos los que pedían en las redes un programa para Cristina Pardo.
Tener un programa propio no es algo que yo haya buscado. Además, no es garantía de felicidad ni de éxito. Puede ir mal y lo normal que vaya fatal. Las cosas tienen que llegar a su tiempo. Ha llegado y está muy bien. Pero si no, yo era muy feliz en mi trabajo de calle.
Con su salida de 'ARV' deja de seguir la actualidad del PP. ¿Se han puesto contentos en Génova y Moncloa?
De todo habrá. Habrá quien sí y quien no.
Es una pena que también desaparezca la 'pareja artística' que forma con Marhuenda.
(Risas) A mí también me ha dado un poco de pena. Pero con todos los programas en los que está Marhuenda, en alguno coincidiremos. No me voy muy lejos y la vida da muchas vueltas. Esa pareja artística igual tiene un encuentro, nunca se sabe.
También tiene química con Iñaki López. ¿Volverán a hacer algo juntos?
Nos lo pasamos muy bien. Todo lo que me ofrezcan con él, siempre será un 'sí'. Es un compañero genial y no sufrimos nada juntos, nos comunicamos bien, y eso no siempre pasa. En el Orgullo Gay y las Campanadas no teníamos ni guión. Solo ensayamos una vez las uvas.