No ha estado a la vista de todos, pero nunca se ha ido. Lleva diez años 'escondida' en la televisión de Castilla-La Mancha, aunque hubo una época en la que estuvo a punto de serlo todo. Vivió días de gloria en las mañanas de Antena 3 donde se hizo un hueco compitiendo contra la todopoderosa María Teresa Campos. "Cobraba la mitad de la mitad de la mitad que ella y a veces la ganaba".
Allí fue cuando descubrió a Belen Esteban. Alicia Senovilla, y no Ana Rosa, dio la primera oportunidad en televisión a aquella timidísima ex de Jesulín, mucho antes de reventar audímetros como 'princesa del pueblo'. Pero no acabaron bien."Pase de ser su hermana mayor a su peor enemiga", explica a ECOTEUVE.ES.
La presentadora estrena programa en la nueva Telemadrid. Regresa con un talk show, los testimonios de toda la vida, el género que le ha acompañado toda su carrera y que ya lo puso en práctica hace años en la autonómica madrileña. "Falta entretenimiento en televisión. Por las mañanas todos los programas cuentan lo mismo".
Aunque algunos lo piensen, usted no ha dejado de trabajar en los últimos años.
No, no me he quedado en casa haciendo punto y ganchillo. Al contrario, no he parado de hacer televisión en Castilla La Mancha. Pero cuando estás en una autonómica fuera de Madrid, parece que no existes. He leído artículos en los que se preguntaban dónde estaba Alicia Senovilla… ¡Hola, estoy aquí! No me he ido ni me he muerto ni me he retirado del medio.
¿Cuánto tardó en aceptar la oferta de Telemadrid?
Nada. No me lo creía. Afortunadamente hay un nuevo equipo directivo que tiene ganas de convertir Telemadrid en lo que tiene que ser: un referente para todos los madrileños. Están apostando y arriesgando para hacer una televisión en directo.
Va a ser la rival de Ana Rosa y Susanna Griso. ¿Entra en esa guerra matinal?
Me lo tomo a risa. Ellas son competencia y yo soy una alternativa, con un programa distinto en el que vamos a contar historias con las que se pueden sentir identificados los madrileños. Y quien se aburra conmigo y quiera saber lo que está pasando en el mundo, solo tiene que cambiar a una cadena nacional. Por las mañanas todas están contando lo mismo y tienen los mismos invitados.
¿Antes la televisión era más original?
Cuando yo estaba en Antena 3 eran tonos distintos porque también éramos presentadoras de corte distinto. ¿Qué tengo que ver yo con la Campos? En este mundo nos falta reírnos y a veces te sientas a ver la televisión y parece que tu vida depende de la noticia que están dando en ese momento, la gente se cabrea, se pone de mal humor, se atacan unos compañeros con otros por audiencia… Igual es porque no estoy en esa vorágine ahora, pero para mí la televisión es entretenimiento puro y duro y eso es lo que falta en las mañanas. Y por eso me han llamado a mí (Risas).
¿Qué es 'En boca de todos'?
Es un talk show, los testimonios de siempre, pero renovado. Habrá un hilo conductor -temas sociales y de interés ciudadano- y habrá profesionales y colaboradores que aportarán su experiencia sobre lo que cuenten los invitados. Los colaboradores variarán en función del tema. Después habrá un debate. Y en la última parte del programa, hablaremos de lo que pasa en la sociedad madrileña.
Usted fue, en cierto modo, pionera y reina del talk show a comienzos de los 2000…
Lo intenté (risas). Empezó Ana García Lozano en Telemadrid y yo en Canal Sur. Y después lo hice en Antena 3. Es el género que me ha acompañado en mi carrera profesional. Me apasiona el público y hablar con los invitados.
Con un talk show vivió una buena época en Antena 3 [presentó Como la vida misma y Como la vida]
La mejor. Fue una época en la gente ya me conocía como profesional del medio, aunque ya tenía mucha experiencia en autonómicas.
¿En los últimos años ha recibido alguna oferta de cadenas nacionales?
No, para qué te voy a engañar. La última vez fue el verano que estuve en Espejo público (2011).
¿Por qué cree que no le han llamado?
Porque no te ven y se piensan que no estás.
¿Los directivos también se olvidan o piensan que está fuera de juego?
No sé, o quieren sacar caras nuevas. Pero yo creo que la televisión la siguen viendo las mismas personas que la veían cuando yo estaba en las mañanas, no nos volvamos locos. Nos empeñamos en conseguir público joven, pero los jóvenes, mis hijos por ejemplo, ven la televisión cuando quieren y como quieren, que es por Internet y series principalmente.
Desde que se ha sabido que vuelvo a Telemadrid no he parado de recibir muestras de cariño, halagos... Me ha gustado ver que la gente tiene muy buen recuerdo de mí y que dejé buen sabor de boca.
¿Se ha sentido maltratada por la televisión?
No, porque mis compañeros de trabajo saben quién soy y cómo trabajo. Pero al final dependes de un equipo directivo y de estar o no entre sus favoritos. Estamos con las manos atadas. No es cuestión de que seas bueno o malo y de que hayas dado buenos resultados, sino de que te conozcan y quieran apostar por ti. No culpo a nadie.
¿Y los nuevos rostros lo tienen más fácil?
Es estupendo que haya gente nueva y que haya trabajo para todos. Yo tenía mis ídolos de joven. Sigo viendo a Matías Prats. Y María Teresa Campos. Pero a mí también me gustaría ser referente de la gente que viene por detrás.
Yo siempre he hecho directo y no es nada fácil. Y hay muchos ejemplos de periodistas que son extraordinarios, pero como presentadores… perdonadme, pero zapatero a sus zapatos. Yo creo que tengo muy buen currículum, ahí están los datos, y ningún patinazo. Con los peores presupuestos del mundo de la televisión, compitiendo con las grandes, y sin un puñetero duro, las superaba a veces.
¿Cuál ha sido el problema entonces?
Que nunca he tenido padrinos. Yo empecé desde abajo, como reportera, sé lo que es trabajar en equipo y nadie es más que nadie. Todos los puestos de la redacción son imprescindibles y lo mejor es que haya buen rollo y buen ambiente. Y no es fácil.
¿Qué autocrítica hace?
A mí algún compañero me ha dicho que soy fácil, que me conformo con todo, y que alguna vez debería haber dado un puñetazo en la mesa. Y quizá debería haber sacado el genio de vez en cuando o visitar más las zonas nobles y los despachos… ¡Pero es que mi lugar es el plató!
Recuerdo una cosa. En las mañanas de Antena 3 trabajaba en la misma productora que Ana Rosa, que hacía las tardes, y compartíamos redacción. Ella tenía un despacho y a mí me pusieron otro a su lado, pero yo no quería estar encerrada y alejada de mis compañeros. Yo soy feliz en una redacción y siendo una más del equipo.
Por cierto, en aquel programa empezó Belén Esteban.
Sí. Teníamos que levantar el reality El Bus y buscábamos un personaje para comentarlo. Un día teníamos las revistas encima de la mesa y salía Belén Esteban, que acababa de romper con Jesulín. El director me preguntó qué me parecería ella. Y a mí me daba pena por la situación que estaba viviendo y la llamamos. Cuando llegó era muy inocente, tenía muchos miedos, no sabía nada del mundo de la televisión. Le abrimos las puertas, empezó a soltarse y le gustó tanto que fíjate dónde está.
¡Por usted!
(Risas) Me acuerdo que le hice la primera entrevista por el tema de Jesulín y, al acabar, me dijo fue: "He dado esta entrevista porque es mi programa pero es la primera y última vez que hablo de este tema"...
¿Tiene relación con Belén?
No, no, ni me he vuelto a encontrar con ella. Ella y yo sabemos lo que pasó entre nosotras. Quise mucho a Belén, le tuve mucho cariño, la protegí, la adopté como si fuese mi hermana pequeña, pero esto es como los adolescentes, que las madres somos malísimas porque decimos lo que no quieren escuchar y sus amigos son los mejores porque les dicen lo que sí quieren oír, aunque no estén en el poder de la verdad.
Entiendo que usted le dijo cosas que ella no quería escuchar.
Me convertí en su hermana mayor. Quise darle consejos que, desde mi punto de vista, le podían beneficiar, pero ella no lo entendió así. Era una guerra perdida para mí y fue un desgaste a nivel personal, porque yo la quise y la defendí mucho y di muchas veces la cara por ella. Pero cuando alguien no quiere que estés en su vida, pues doy un pasito atrás y que te vaya bien. Yo me alegro de ver cómo está ahora, años después, hablando de lo mismo. Pero, olé tú, porque un tema que dure tantos años…
No le voy a 'estirar' más de la lengua, como dice Belén. Me queda claro que no terminaron nada bien.
Porque pasé de ser su hermana mayor a su peor enemiga, porque decía cosas que no ella no quería ver. Y yo veía y escuchaba cosas que me hacían daño. Me retiré y ya está, no soy la guardaespaldas ni la madre de nadie.
¿Se implicó mucho?
Emocionalmente sí. La he querido mucho. Pero ya está. Tomamos caminos diferentes.
Cambiemos de tema. El mundo del espectáculo está denunciando grandes diferencias entre hombres y mujeres. ¿Ha vivido usted esta discriminación? En el terreno económico, ¿cobran más los presentadores que las presentadoras?
¡Pero no entre hombres y mujeres, también entre personas del mismo sexo! Yo cobraba muchísimo menos que presentadoras que estaban en la misma franja que yo. Te lo afirmo y reafirmo, vamos. Yo nunca he tenido un contrato de cadena. No sé lo que significa cobrar 12 meses seguidos una cantidad. Jamás. Siempre he tenido contrato por obra. Y soy autónoma.
Compitiendo con María Teresa Campos, me consta que ella cobraba 33 veces mas que yo. Ya me hubiera gustado cobrar la mitad de la mitad de la mitad de lo que ganaba ella. Y había días que yo ganaba a María Teresa Campos. Cuando ella llegó a Antena 3, la audiencia no acompañó y yo había dejado unas audiencias maravillosas. Para que veas que no todo depende de los presupuestos de los programas. En este medio dependes de muchas cosas, de un buen representante, de que caigas en gracia, de que seas una panoli. Y yo he sido un poco panoli y me he conformado. A mí me gustaba hacer televisión y el resto no me importaba. Y me he sentado poco en los despachos a pelear porque para mí ya era un regalo hacer televisión. Decía que sí sin preguntar cuánto.
¿Has vivido alguna experiencia de acoso sexual?
El momento de acoso o abuso de gente con poder existe en todos los sectores. Hay muchos impresentables que se creen superiores por tener un cargo -'si quieres conocer a fulanito dale un carguito'- y hay alguno que se ha creído con un poder absoluto que te hacía creer que le debías la vida o el trabajo porque él decidía. Había veces que te encontrabas con las manos atadas. En esas situaciones siempre he sido muy clara, muy tajante y he cortado de raíz.
Situaciones en las que se han querido aprovechar del cargo pero ha sabido cortar.
Sí, sí. Impresentables hay en todos los sitios.