El Chiringuito es único en su especie y su jefe, Josep Pedrerol, lo sabe muy bien. El presentador es un auténtico animal televisivo que domina todos los trucos para hacer que el ritmo no caiga en una franja tan complicada como el late night.
Para Pedrerol la clave del éxito del programa está en "intentar que cada día sea distinto y salir motivado a la cancha", aunque valora muy positivamente el trabajo de la redacción. Y es que su Chiringuito ha acumulado a una parroquia de seguidores que le han seguido desde Intereconomía, pasando por La Sexta, Nitro y Neox, hasta llegar finalmente a Mega en 2015.
El presentador se muestra muy agradecido a Atresmedia que, además de que paguen al final de mes - "es una gran noticia", bromea- ha sabido encajar la esencia, a veces políticamente incorrecta, de la tertulia: "Ha entendido que la arruga es bella".
Los colaboradores son el activo más importante y visible del Chiringuito y, Pedrerol, les exprime al máximo, tanto que uno de sus trucos para que no estén relajados, es que sus asientos sean incómodos y, aunque intente engañar a la cámara de ECOTEUVE.ES - "no soporto a ninguno fuera de aquí", bromea- reconoce la "pasión" de cada uno de ellos. Quizás, los que más juego dan son Tomás Roncero y Cristóbal Soria: "No se pondrán de acuerdo nunca. El fútbol es sentimiento".
Por último, Pedrerol reflexiona sobre Cataluña: "No me imagino ni al Barça ni a Cataluña fuera de España. Tampoco aceptaría ni me parecería lógico que el Barça estando fuera estuviese en la Liga española. O todo o en nada".