Javier Calvo y Javier Ambrossi sueñan despiertos. Más conocidos como Los Javis -"nos gusta el nombre que nos ha puesto la gente", dicen- han pegado el pelotazo al revolucionar el panorama interpretativo de este país. El éxito de su obra La llamada, ahora llevada al cine, se sumó la excelente acogida del público de Paquita Salas que, el año que viene llegará a Netflix.
Argumentos más que suficientes para que Gestmusic les propusiera el puesto de profesores de interpretación de la academia de Operación Triunfo. Si Belén Cuesta, Macarena Gómez o Anna Castillo han conseguido catapultarse hasta la primera línea, ¿por qué no pueden ayudar a Aitana, Roi o Raoul a ser estrellas de la música?
"Queremos que los concursantes conozcan su cuerpo para que sepan defender en un escenario y que se quiten las vergüenzas", afirman Los Javis a ECOTEUVE.ES. Y añaden: "Es una gran responsabilidad".
Pese al boom, mantienen "los pies en el suelo" y ya piensan en las nuevas tramas de Paquita Salas en Netflix y ya desvelan su sueño: "Vamos a pedir traerla a la academia de OT".
¿Nerviosos?
Javier Calvo: Estamos muy emocionados porque somos unos fans más viviendo la experiencia.
Javier Ambrossi: Yo estoy excitado. No te das cuenta donde están las cámaras y eso relaja.
Tenéis la misión de sustituir a Ángel Llácer...
J.A.: Es insustituible. Pero la idea es hacer un nuevo OT, él es Ángel y siempre será Ángel.
¿Cuáles son los objetivos de vuestras clases?
J.C: Creo que se diferencia mucho en la clase grupal y la de preparación del tema de la gala. En esta última, lo importante es leer la canción, ver que quiere decir su mensaje, ver donde resuena el texto en las experiencias del alumno y trabajarlo para que tengan la mayor emoción posible. Luego, es muy importante la formación como actor porque cuando se enfrenta al mundo real también durante las galas tienen que conocer su cuerpo para saber moverse en el escenario.
J.A.: En las grupales hacemos improvisaciones. En grupo lo más importante es quitarse las vergüenzas conociendo virtudes y defectos. Tanto nosotros, los profesores, como el resto de compañeros, vamos a ser la primera referencia del público en su carrera.
¿Os da miedo empatizar con los concursantes?
J.A.: Yo sé a lo que vengo. He trabajado cuatro años con chicas que se han ido y han venido en La llamada. Sé lo que hay, nos dará una tristeza enorme cuando se vayan.
J.C.: Un director tiene que tener una visión objetiva, pero también debe ser compañero y amigo, que guíe al actor en el viaje.
J.A: Nosotros somos así, no lo podemos hacer a medias. Tenemos un compromiso con las personas. Lo que más me interesa y lo más bonito de dirigir es lo humano. Me encanta trabajar con los actores, descubrir cómo pueden evolucionar... Por eso, cuando nos lo propusieron dimos el sí de forma instantánea.
¿Sentís presión?
J.A.: Sí, es una gran reponsabilidad, pero de puertas para dentro no deja de ser un academia con sus profesores y sus alumnos.
J.C.: Lo hemos visto en La Llamada, todas las chicas que han entrado, ahora son las mayores estrellas de este país.
J.A.: Belén Cuesta, Anna Castillo empezaron con nosotros en una obra y función tras función se han ganado al público sin presión y desde la naturalidad. Las estrellas deben ser cercanas.
¿Cómo os cambiará la vida el concurso?
J.A.: Estaremos viviendo en Barcelona los tres meses y espero que nos cambie mucho. Yo cuando me meto en un proyecto quiero sentir experiencias nuevas y, sobre todo, creo que vamos a aprender. La gente muy joven transmite cosas buenísimas. Se trata muy mal a la generación millenial, que si siempre están con el móvil, que si son resabiados... Van a dar una lección.
Se habla de concursantes que tienen mucha verdad. ¿Es Chenoa el ejemplo a seguir?
J.A.: Chenoa es lo más.
J.C.: Pero hay muchos más. Bisbal, por ejemplo.
J.A.: Incluso Vega en su día, que sacaba todas las emociones. Verdad es una palabra ambigüa pero se refiere a auténtico.
J.C.: Queremos que sea una academia real y que los chicos aprendan algo realmente, no que grabemos en una esquina cuatro entradillas. La formación es unos artistas sucede de verdad.
J.A.: No tenemos guion. Estamos explorando.
¿Cómo vivís el boom de Los Javis?
J.C.: Tenemos los pies en el suelo y mucha plancha.
J.A.: No hemos dormido apenas durante días, pero ahora estamos centrados en OT y en escribir la segunda temporada de Paquita Salas.
¿En qué estado se encuentra?
J.C.: Está en la casilla de salida de Netflix.
J.A.: Paquita va a tener una segunda temporada muy grande, vamos a contar muchas más aventuras. Estamos justo en pleno proceso creativo, con ideas maravillosas y cameos insólitos.
¿Vendrá a Operación Triunfo?
J.C.: Vamos a pedir a Tinet Rubira traer a Paquita Salas a la academia de OT.
J.A.: Además Paquita fue representante de Nuria Fergó (risas).
¿Preferís el nombre de Los Javis o tener una identidad propia?
J.C.: Yo estoy muy contento de estar a su lado.
J.A.: A mí me gusta Los Javis. Nos lo puso la gente y nos da igual. ¿Nos gustaría tener más independencia? Ya grabaremos el disco en solitario (risas).
¿El ego hay que controlarlo?
J.C.: Siempre. Pero no hace falta salir en la tele para tener un ego muy grande.
J.A.: A veces vas a una entrevista y tiene más ego el que te está grabando y te trata incluso peor porque quiere sus respuestas.
Pero lleváis un tiempo que solo recibís críticas buenas...
J.A.: Pero ya vendrán las malas. Un creador tiene que pasar por todo, sino se queda estable. Haremos cosas que gusten más y menos.
J.C.: Lo que me ha preocupado más es disfrutar el presente.
J.A.: Pero de ego nada. Tenemos que ver las cosas con perspectiva porque hemos conseguido cosas pero a nivel pequeño.
¿Os gustaría que de aquí saliera el representante de España a Eurovisión?
J.C.: Sí, creo que cuando fue Rosa fue un acontecimiento enorme en España.
J.A.: Me encantaría y acompañarle a la game room. No podremos evitar dar nuestras ideas.
¿Ahora os lo pensáis más a la hora de hacer afrontar un proyecto?
J.C.: Más que por el espíritu, no queremos hacer las cosas mal.
J.A.: Nosotros somos artesanos, vamos probando y no tenemos un método. No te sé escribir un capítulo de Tiempos de guerra, por eso intentamos decir que no a cosas que no son nuestras.
¿Cómo recordáis ver las galas de OT?
J.A.: En mi casa con mi familia. Me acuerdo que no fui al colegio el día que salió el disco de Rosa porque lo fui a comprar al VIPS con mi discman.