Alberto terminó llorando y necesitando el consuelo de la presentadora Eva González, a quien se abrazó, de sus compañeros y de los miembros del jurado que criticaron con dureza su último plato, "un plato bobaina", en palabras de Jordi Cruz. "Esto es un insulto a mi inteligencia", añadió Pepe. [Alberto: "Se me cruzaron los cables"] [La comidilla de Twitter]
"Me dijeron que querían ver el león que hay en mí", se excusó Alberto, quien decidió inventarse en la última prueba un león con melena, formado por una patata que estaba dura y unos pelos hechos a base de pimientos.
"Quería demostrar que soy un león en la cocina", dijo. "Después de esto no creo que vuelva a cocinar, me voy a esconder en un pozo", dijo Alberto llorando.
El joven estudiante de Medicina tuvo que abrazarse en repetidas ocasiones a Eva González que apenas pudo consolarle ni siquiera haciéndole entrega de los regalos que le entregaba el programa por su participación.