Secretos revelados, besos, celos, expulsiones y varias patadas al diccionario fueron los ingredientes principales de la segunda entrega de ¿Quién quiere casarse con mi hijo?. Las madres y los solteros comienzan a conocer a las pretendientas y toman las primeras decisiones en el programa de Cuatro.
La madre de Rafa ha llevado a las pretendientas de su hijo a darse un masaje relajante. Allí Pili, ni corta ni perezosa, le ha confesado que "de pequeñita tenía mucha inteligencia", llegándose a comparar con Einstein, ahí es nada. Rafa, por su parte, ha llevado a las chicas a montar en avioneta. Después, en una casa de Ferrari, ha regalado una gorra a Kristine, de quien descubrimos que se gastó 50.000 euros en una hora, y le ha dicho: "Es tu regalo de despedida", convirtiéndose la joven en su primera expulsada.
Diego, que ha reconocido disfrutar siendo un ser desalmado, expulso a Nuria tras besarse con Beatriz: "Me beso con una y expulso a otra, es el yin y el yang", dijo después orgulloso. Su madre se llevó a las chicas a un sitio retro, donde les preguntó si sabían qué era la Movida madrileña. Ellas, solo acertaron a contestar: "Es algo de la guerra". Y tan tranquilas se quedaron.
Sandro y su madre tienen más problemas. Ambos creen que existe tonteo entre Vicente y Ra. La primogénita prometió investigarlo. Sin embargo, éstos se han librado de la expulsión, que ha recaído en Bryan, autor de una de las míticas frases del programa: "En fin, que me voy por los hilos de búbeda". Sin palabras.
Markus, el soltero sobre el que recae la sospecha de una posible homosexualidad, ha decidido echar a Lara "por falta de feeling", según él. Su madre María José, conocida también por MJ, ha comprobado la edad de Sarita. Efectivamente, tiene 33 años, aunque ella cree que puede haber falsificado el pasaporte. Además, ha dado un paseo con Cristina, quien se llama a sí misma "maricón", y ha descubierto que Lara fue hooligan del Celta, mientras que Rocío se lleva mal con las suegras, algo que no le ha gustado un pelo a MJ.
David aburre a sus pretendientas tanto que Fátima ruega al cielo: "Que me cague una paloma y me deje sorda y ciega", dijo. La madre de éste descubrió dos importantes secretos sobre ellas: Thais recoge basura para vender en un mercadillo de segunda mano, mientras que Noelia detecta la infidelidad por los testículos de su pareja". Casi nada. Finalmente, David ha expulsado a Thais, que dejaba un mensaje al soltero: "David, te quedes con la que te quedes... te quedan grandes", concluyó.