Encarcelados emite esta noche una nueva entrega en La Sexta. Su director y reportero Jalis de la Serna nos cuenta cómo vivió las grabaciones, las claves del éxito del programa y sus experiencias en Encarcelados: "Hemos grabado a españoles que rompían a llorar ante nuestra cámara contando las torturas que han sufrido por parte de otros presos".
¿Cómo se os ocurrió la idea de hacer 'Encarcelados'?
En primer lugar, detectamos que, en los últimos años, se ha producido un incremento del 30 por ciento en el número de ciudadanos españoles que son detenidos en países de América Latina portando droga. Queríamos conocer los detalles de este incremento. Nos preguntamos qué es lo que lleva a ciudadanos de todas las procedencias y estratos sociales: albañiles, carniceros, camareros, empresarios, constructores... A intentar viajar con droga a España.
¿Qué fue lo primero que os dijeron cuando se lo propusisteis a la cadena?
Nos llamó Mario López, el director de antena de La Sexta, y nos transmitió que la cadena tenía muchas ganas de que hiciéramos algo en común. Yo empecé mi carrera profesional en Atresmedia y la verdad es que siempre me ha hecho ilusión volver a esta casa. Nos reunimos, se nos transmitió mucha confianza y juntos pensamos en un proyecto que encajara con nuestras condiciones como reporteros. A los pocos días estábamos convencidos y arrancamos Encarcelados.
¿Y tu familia que te dijo?
Mi familia sabe que soy un enamorado de mi trabajo y respetan todas mis decisiones en este sentido... Evidentemente, a mis seres queridos, les gustaría que hiciera reportajes en lugares en los que no hubiera ningún riesgo. Pero saben que a mí me gusta la temática social que trato en mis reportajes y no se meten porque son conscientes de que disfruto haciendo mi trabajo.
Explícanos cómo es el desarrollo de 'Encarcelados'
Como te decía anteriormente, primero decidimos hacer una serie de reportajes sobre los españoles encarcelados en países de América Latina, porque observamos que cada vez hay más personas en nuestro país que se arriesgan a viajar a países productores de droga para ejercer de "mulas". Las mafias que captan a personas para transportar droga les engañan. Les dicen que los policías del aeropuerto desde el que viajarán a España están comprados y no van a tener problema.
En ocasiones les utilizan como cebos y, mientras la policía les detiene, otros miembros de la organización aprovechan para subirse a los aviones cargados de estupefacientes...
Una vez que empezamos a recorrer cárceles, nos dimos cuenta de que las condiciones en las que se viven en la mayor parte de las prisiones de América Latina son críticas. Que viven hacinados, en estado de absoluta insalubridad. Que en ocasiones los españoles son extorsionados y torturados. La situación es grave. Y hemos entendido que, en esta serie de reportajes, tenemos que reflejar de primera mano la cruda realidad que viven los reclusos de nuestro país. Esperamos que el programa sirva para algo y que las Organizaciones e Instituciones correspondientes hagan algo por mejorar las circunstancias de los Encarcelados españoles.
¿Qué tiene el programa para enganchar a la audiencia?
Las prisiones de los siete países de América Latina a los que hemos viajado para hacer Encarcelados son muy diferentes y en todas hay cosas que sorprenden. En algunas porque los policías no entran dentro de la cárcel y todo el poder lo tienen los presos. En otras porque los españoles son sometidos a regímenes penitenciarios extremadamente duros. Hemos grabado a españoles que rompían a llorar ante nuestra cámara contando las torturas que han sufrido por parte de otros presos... A otros que pasan el día entero esposados de pies y manos y no pueden ni tan siquiera, mirar a la cara a los guardianes en la cárcel. Hay situaciones de injusticia, situaciones curiosas, situaciones surrealistas... El programa es un documento periodístico serio. Y tiene todos los ingredientes para interesar y entretener a los espectadores.
¿Qué ha sido lo más complicado a la hora de hacer los reportajes?
Lo más complicado ha sido obtener los permisos para entrar en las cárceles de Bolivia, Brasil, Colombia, Costa Rica, El Salvador, República Dominicana y Perú. Hemos contado con Marcela Morales y Elena Pérez, dos magníficas productoras de contenidos que han sabido contactar con ONGS, instituciones religiosas y hasta con cuerpos de funcionarios de prisiones para que, al final, hayamos podido entrar en todos los casos a las prisiones con el permiso gubernamental?
¿Y para ti?
Hay veces que uno se queda con sensación de impotencia... Ves a españoles que podrían ser tu vecino, o un familiar pasándolo realmente mal y no puedes hacer mucho más que darle ánimos y emitir un reportaje esperando que algo cambie... Ves a gente que, buscando una solución a un problema económico ha caído en un lugar en el que, en ocasiones no se respetan sus derechos humanos.
Esperamos que el programa sirva, también, para que los ciudadanos a los que les ofrezcan traer droga a España se lo piensen, puede ser el peor error de su vida.
¿Te imaginabas lo que has visto?
Realmente he visto cosas que nadie se podría imaginar que ocurran. Llevo muchos años haciendo reportajes y he visto casi de todo. Pero haciendo Encarcelados he vivido situaciones que me han puesto los pelos de punta.
¿Cómo fue la selección de las cárceles?
En primer lugar, hemos seleccionado los países de Latinoamérica en los que hay un mayor número de españoles en prisión. Hemos iniciado las gestiones y según han ido evolucionando, hemos decidido viajar a aquellos lugares en los que hubiera historias más interesantes que reflejar.
¿Os han dicho en muchas que no podíais ir?
Sí, por supuesto, esto no es levantar un teléfono y decir: "Buenas tardes, mañana voy a ir con una cámara a entrar en las cárceles de su país". Las prisiones son la parte de un país que ningún gobierno quiere mostrar... A veces lo pensamos y volvemos a sorprendernos del impresionante trabajo que ha hecho nuestra producción de contenidos.
¿Cuál fue la que menos problemas os puso?
Todas han sido complicadas. No podría decir que haya sido fácil en ningún caso.
¿Repetirías reportaje en alguna?
A pesar de que, en algunos casos, nos han permitido movernos a nuestras "anchas" por las cárceles, en todos los casos hemos visto cosas tan sorprendentes que te quedas con ganas de grabar más... Volvería a grabar en todas. Más tiempo, más españoles...
¿Qué persona o personas recuerdas especialmente?
Puede parecer un tópico, pero, de alguna manera todas las personas a las que he grabado me han dejado una marca? Algunas por lo mal que lo estaban pasando. Otras por sonreír a pesar de todo. Otros, que casi no tienen qué comer, te ofrecen compartir lo único que tienen para llevarse a la boca? Sin embargo, recuerdo especialmente a Loli, una gaditana que está enferma de cáncer. El tumor le fue detectado en una prisión de Bolivia y no ha recibido tratamiento. Se encuentra débil y sigue luchando por sobrevivir para cumplir una ilusión: volver a ver a sus hijos.
¿Sentiste miedo o inseguridad en algún momento?
Realmente, hemos grabado en algunas cárceles muy conflictivas. Lugares en los que cuando cierran la puerta, te das cuenta de que no hay ningún policía ni funcionario de prisiones. Te encuentras un poco a merced de los presos. Y sabes que, si haces algo que les moleste, puedes sufrir represalias.
¿Lo pasan peor los presos extranjeros que los locales?
En algunos casos sí, pues hay países en América Latina en los que creen que los españoles tienen mucho dinero y les extorsionan y hasta les torturan para sacarles todo el dinero posible... En otros casos todos los presos viven por igual, en condiciones lamentables... Sólo en un país hemos visto que se dé la circunstancia de que los presos extranjeros (en su mayoría europeos), vivan en pabellones privilegiados, con mejores condiciones que los presos locales.