Cristina Pardo acaba de arrancar temporada al frente del nuevo Más vale tarde, haciendo tándem con Iñaki López. Es el nuevo proyecto de la presentadora después de Liarla Pardo, Malas compañías y Al rojo vivo. Antes de pisar los platós, la navarra se curtió a pie de calle -"es donde yo me he sentido realmente periodista"- siguiendo al PP, en el sitio menos cómodo si trabajas en La Sexta. "Al principio era como darse contra la pared, porque me decían que no nos veía nadie. Luego, creé vínculos y estoy muy orgullosa de las fuentes que conseguí en esa etapa", explica a ECOTEUVE.ES.
Durante aquellos años, siguió muy de cerca a Rajoy y le pudo conocer bien. "Se le caricaturizó con su pasotismo o frases imposibles, pero cuando no había cámaras sí se notaba que era muy inteligente", recuerda Pardo, a la espera de que el expresidente le conceda una entrevista que nunca le pudo hacer. "Si algún día quiere hablar, supongo que no me elegirá a mí, pero me encantaría".
El primer Más vale tarde comenzó este lunes con un invitado que despertó gran interés. Ábalos habló por primera vez tras su salida del Gobierno. "No le vi molesto, pero sí bajo de ánimos", apunta. Ella y López se esforzaron para sacar alguna información sobre la llamativa destitución del exministro. "Dijo cosas importantes". Al final del primero programa, Pardo recibió el mensaje de Ferreras, su 'mentor'. "Estaba contento y así nos lo transmitió".
¿Contentos con el primer programa?
Salió bien en el sentido de que no hubo fallos garrafales ni meteduras de pata. Prueba superada. Pero es un programa diario y siempre habrá tiempo para pulir cosas. El balance es positivo, porque podría haber sido un desastre, como todo, y ahora hay que trabajar y mejorar.
¿Qué le pasaba a Ábalos? ¿Estaba molesto? ¿Pudieron hablar algo con él antes o después de la entrevista?
No le vi molesto, pero sí bajo de ánimos. Al final, creo que dijo cosas importantes: que la única explicación que le dieron es que querían renovar -podían haber renovado con otro-, y que no había hablado con Sánchez desde el 10 de julio... eso es bastante elocuente.
¿Qué le dijo Ferreras después de ver el primer programa?
Estaba contento y así nos lo transmitió. Los juicios hay que hacerlos con la benevolencia del primer día. El nivel de dureza hay que aumentarlo con el tiempo (risas).
¿Ferreras suele mandar mensajes durante un programa?
Manda mensajes cuando estás en su programa. Si no, no lo hace. De vez en cuando sí, pero es para darte información. Sin embargo, no es el único ni es el que más. De todos motos, yo estoy siempre muy pendiente del móvil y de todos los grupos de informativos en los que estoy incluida. Ayer era el primer día y durante el programa no nos dijo nada. Lo dijo después.
Tu carrera en los últimos años ha ido ligada a él. ¿Cuál es el mejor consejo que te ha dado?
Aunque me dice que esto no puede ser un cachondeo permanente, siempre me recomienda que me lo pase bien. Para mí eso es muy importante, porque se me nota todo en la cara. Si me lo paso mal, no me sale fingir.
Con Iñaki López queda claro que te lo pasas bien porque lo transmitís en pantalla...
Nos llamaba la atención las duda que había sobre cómo nos íbamos a distribuir los papeles. Nunca hemos hablado esas cosas, lo hacemos sobre la marcha. Eso va a ser lo más fácil porque nos entendemos muy bien y su humor me hace mucha gracia.
¿Detrás de las cámaras es igual de fácil trabajar con él?
Sin ninguna duda.
No suele ser fácil en televisión, pero habitualmente hay bastantes egos...
Hubo una persona que me definió como una obrera de la televisión y estoy muy orgullosa de eso. Yo empecé desde abajo, haciendo calle, y no he tenido un subidón repentino. Me considero muy trabajadora y, si no, ya tengo a mis padres que son unos críticos bastante estrictos. Lo único que quiero en este programa es pasármelo bien y que ninguno de los dos perdamos nuestra esencia.
¿Nunca tuvo el objetivo de tener un programa propio en televisión?
El único objetivo que tenía cuando empecé a estudiar era trabajar con José María García. Nunca lo conseguí pero sí me ayudó a entrar en la Cope. A partir de ahí, las cosas se sucedieron. Diría que sí a cualquier cosa que me parezca honesta y decente y que me lo vaya a pasar bien.
Cuando da un paso profesional importante, ¿se guía por el instinto y la pasión o lo piensa mucho ante el temor de equivocarse?
No, miedo no. Yo lo veo como que la vida son etapas. Estoy contenta de haber hecho cosas distintas y, desde ese punto de vista, he tenido mucha suerte. Además, siempre me ha gustado tener jefes que tengan claro dónde me tengo que ubicar. Si me proponen algo, pienso que es porque ellos están seguros.
Siguió durante mucho tiempo la información del PP, que no es el sitio más cómodo para una periodista de La Sexta. ¿Eso le curtió más?
Al principio era como darse contra la pared. La Sexta acababa de nacer y no me atendían porque decían que no nos veía nadie. Pero, al final, se crea cierto vínculo, te empiezan a contar cosas, y me sentía orgullosa de conseguir las fuentes que logré en esa etapa porque el terreno era complicado.
¿Esas fuentes siguen dando agua?
Sí, y cuando pasa algo en el PP, siempre pregunto. Todo lo que pueda aportar en mi programa, encantada. Aunque muchos no estén en primera línea, siempre tienen información para interpretar lo que ocurre.
Con el tiempo, La Sexta se ha convertido en referente informativo, por delante de TVE. ¿Por qué ha sucedido este cambio?
Ha sido una inversión en el tiempo. Hemos acostumbrado a la gente a que La Sexta va a estar siempre que pase cualquier cosa.
¿Echa de menos la calle?
En la última etapa metía muchas horas y sufría cierto desgaste. Pero en la calle es donde yo me he sentido realmente periodista. En el plató es distinto, hay otros factores a la hora de comunicar, pero la calle es más macarra y me yo lo pasé muy bien. Es una escuela espectacular.
¿Quién es el político que más le ha sorprendido en las distancias cortas?
Todos ganan de cerca. Pero con Mariano Rajoy ocurría que no estaba coordinada la opinión de la calle, o la caricatura con respecto a lo que él era, y lo que sí se podía comprobar en privado. Se le caricaturizó con su pasotismo o frases imposibles, pero cuando no había cámaras sí se notaba que era muy inteligente.
¿Le ha invitado a Más vale tarde para una entrevista?
Lo doy por imposible. Me hubiera encantado entrevistar a Rajoy. Cuando yo le hacía preguntas, he de decir que siempre me daba la palabra y respondía, pero nunca me ha dado una entrevista. Si algún día quiere hablar, supongo que no me elegirá a mí, pero me encantaría.
Tienes mucho fan, pero también lidias con los haters. ¿Recibes más ataques por La Sexta o por salir en El Hormiguero?
Si te digo la verdad, no sé qué pasó, pero se me estropearon las menciones de Twitter y solo me saltan cuando estoy dentro de la app, aunque a mi no me molestaban. No se puede gustar a todo el mundo y no aspiro a ello. No es realista. Soy como soy. A mí también hay gente que me gusta y otra que no.