
Salvados vuelve este domingo (21.25) desmontando a Isabel Díaz Ayuso. "El programa se iba a llamar Fenómeno Ayuso, pero viendo los resultados de las elecciones el martes por la noche, decidimos cambiarlo a Ciclón Ayuso", cuenta Gonzo en conversación telefónica con ECOTEUVE.ES en la que desgrana todos los detalles del programa dedicado a la Presidenta de la Comunidad de Madrid.
El periodista tiene claro que el éxito de la 'popular' es "haber entendido el momento emocional de la sociedad", puesto que "para muchos, ahora mismo, el tomarse una caña es lo más parecido a la libertad". Otro motivo de la espectacular victoria de Ayuso en Madrid, según Gonzo, es que "se conoce más a su persona que a la política".
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La entrevista a Díaz Ayuso forma parte del grueso de la entrega de Salvados. El programa también acompaña a la política en un acto en Valdemoro y el periodista Jaime Rull ejerce de "Michael Robinson" explicando lo que hay detrás de cada acción. "Hablamos con personas que pasaban por ahí y sus respuestas sobre Ayuso son buenísimas. La gente es la hostia", dice.
Más allá de Ayuso, Salvados dedica su segundo programa al hundimiento de Ciudadanos. "Albert Rivera no quiso participar", revela Gonzo. Otra entrega que levantará ampollas será la dedicada a "la avaricia de la jerarquía de la Iglesia católica a través de un personaje".
¿Cómo y cuándo surgió la idea de seguir a Ayuso en su campaña electoral?
Fue en una reunión de contenidos, a raíz del famoso mitin de Vox en Vallecas. Ahí vemos que lo que fuese a pasar en esa campaña iba a tener un eco brutal y viendo cómo iban las encuestas, entendemos que el personaje iba a ser Ayuso. Tuvimos la suerte de que aceptó la propuesta de seguirla durante la campaña electoral.
¿Tuvo alguna reunión previa con la presidenta? ¿Le puso alguna condición a la hora de grabar?
No, ninguna. La primera vez que hablo con Ayuso es con cámara encendida. Hicimos la gestión con su equipo, conocí a su jefe de gabinete, tuve una charla con él y me contestó a los pocos días: 'A la presidenta le parece bien'.
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¿Cree que los ciudadanos conocen a la persona que hay detrás de Isabel Díaz Ayuso?
Yo creo que se conoce demasiado, más a la persona que a la política, y puede que esto sea el motivo del resultado. Ella misma nos lo dice: 'Yo soy así y no me quiero ocultar'. Su egopartido vio que Ayuso llamaba mucho la atención y, esa particularidad, la había convertido en un personaje conocido, que es el primer paso para ser aceptado.
Si además tienes esas meteduras de pata, lo que consigues es que empatices más. Pero si consigues que haya gente que te trate de tonta o persona con ciertos problemas, al final uno acaba fijándose en lo personal y no en el programa político.
¿A qué conclusión llega después de la grabación? ¿Ha descubierto algún concepto de ella?
Evidentemente descubres muchas cosas cuando pasas tanto tiempo con una persona. Pero más que descubrir, yo confirmé la idea que tenía de ella: no es una persona tonta. No tiene nada de eso, si no, no estaría donde está. Esto de que Casado se la encontró... no. Recordemos que en 2015, cuando nadie quería defender en público al PP, Ayuso se iba a La Tuerka a debatir con gente como Juan Carlos Monedero. Durante estos dos años se ha hecho una mejor política en cuanto a estar de cara al público.
¿Sigue una estrategia similar a la que tenía Esperanza Aguirre?
A Aguirre le preocupaba más la parte de la gestión. Ella misma se generó el personaje, era ella quien decía a su equipo de prensa que había que quedarse cuando venía el Caiga quien caiga. Y ahora el equipo de prensa de Ayuso le dice 'quédate' porque nos viene bien que salgas en programas. Pero, ojo, el aguirrismo no es solo una imagen, ha sido un cambio total en la estructura social de los servicios públicos en Madrid.
Aguirre tenía más profundidad política que la que puede tener Ayuso a estas alturas de su carrera profesional. En cambio, Ayuso controla la parte comunicativa. Mira, si yo fuese un editor de una editorial sobre ensayo política no le encargaría un libro, pero sí el anuncio. Ayuso no quiere hablar de gestión, pero de todo lo demás, lo que sea.

Uno de los momentos más llamativos de la entrevista es su reacción al ver el 'error' de su factura del apartahotel. ¿Cómo afronta Ayuso sus preguntas más comprometidas?
Con espontaneidad. Está preparadísima para responder a ciertas cuestiones, sin embargo, creo que no lo estaba con lo del apartahotel y a mí me respondió. Tardó mogollón en encontrar la factura y el justificante de la transferencia bancaria en la aplicación de su banco. De hecho, ya estábamos fuera de tiempo y su equipo la estaba llamando: 'Presidenta, nos tenemos que ir'. Y ella diciendo: 'Que no, que no, que no coño, que soy yo la que quiere quedarme ahora y que Gonzo vea esto'.
Yo creo que nunca había visto la factura porque se da cuenta ahí de que pagó de más. La reacción que tiene es el gran momento de la entrevista. La frase de "soy una pringada" se va a convertir en un meme. Para mí, es de los mejores momentos que me ha regalado un político en una entrevista.
¿Cree que los ciudadanos madrileños han entendido el concepto 'libertad' como poder tomarse una caña?
Todo es relativo. Para mucha gente, en estos momentos, la libertad es eso. Para mí, no lo es. El éxito de Ayuso es haber entendido el momento emocional de la sociedad. Desde que pasó el verano, en los medios empezaron a aparecer titulares de 'el día que vendrá la vacuna', 'el día que cambiará todo'... Cuando la vacuna ya ha llegado, la gente lo que quiere ver es cuando recuperaré a mi vida normal y lo más cerca que se puede hacer siguiendo en pandemia son pequeños momentos como el tomarse una caña.
Ocurrió lo mismo cuando nos dejaron salir a la calle dos horas al día el mes de mayo del año pasado. Eso parecía libertad, pues con las terrazas ocurre lo mismo. Lo que has concedido a la gente es que durante unos minutos estén más cerca de la nueva normalidad. No es la caña solo, es encontrarte con el vecino, echarte unas risas, ver a un señor que no has visto los últimos meses. En ese sentido lo han tenido muy claro.
De eso va la política hoy en día, de entender emociones y saber satisfacerlas. Esto lo haces en Galicia e igual te pegas un batacazo de la hostia porque allí la edad es mucho mayor y los mayores han tenido mucho miedo y lo que la gente lo que quería era seguridad sanitaria y no jolgorio.
La victoria de Isabel Díaz Ayuso ha provocado que Pablo Iglesias deje la política. Hace unos meses, usted le apretó sobre la subida de la factura de la luz. ¿Cree que ha desaprovechado la oportunidad de estar en el poder?
Pablo Iglesias ha llegado a esta campaña reventado y diría que cansado, por no decir asqueado de todo. Eso lo vi ya en la entrevista que le hice en enero. Ahí se empezó a ver un Pablo en despedida y luego se supo que desde noviembre estaba hablando con Yolanda [Díaz] sobre su sucesión. Yo creo que Iglesias tenía claro su objetivo que no era otro que salvar el partido. Ser político es exponerte mucho y a Pablo Iglesias ha sido maltratadísimo por cierta prensa en connivencia con las cloacas del estado.
Yo sí creo que sí la aprovechó porque lo que el quería lo ha conseguido: poder decir que es el tío que ha llevado la izquierda, a la izquierda con planteamiento de izquierdas, al consejo de Gobierno, algo que no pasaba desde la Segunda República. Nadie se lo hubiese imaginado hace unos años.
¿Qué otros temas va a tocar esta última tanda de Salvados en este curso?
El segundo programa va a ir sobre el hundimiento de Ciudadanos. Se trata de una especie de documental en el que se recrean hechos pasados con testimonios de sus protagonistas y entre todos van configurando una versión. Contamos cómo el partido pasa de obtener sus mejores resultados electorales a la dimisión de Rivera en tan solo 196 días.
¿Reaparecerá Albert Rivera en televisión?
Rivera no quiso participar. La idea surge a raíz de leer el libro que había escrito. Contacté con él para transmitirle la idea pero me dijo que no quería salir. Sin embargo, tenemos a gente suficiente para contar su historia sin que él esté presente: desde Girauta, Villacís, Garitano, Marcos de Quinto, Toni Roldán... Por otro lado, hablaremos de la avaricia de la jerarquía de la Iglesia católica a través de un personaje.
Ya lleva al frente del transatlántico que es Salvados cerca de año y medio. ¿Ya es consciente de lo que supone?
Me siento de que formo parte de una maquina brutal. Mi primer objetivo por mi forma de ser era generar un equipo de trabajar con un ambiente que es lo que viví en el Caiga quien caiga. Una vez conseguido eso, lo demás viene rápido. En Salvados he conseguido ser antes mejor compañero que mejor presentador o director. A partir de aquí, yo me libero de mis complejos y me siento seguro.
Sé que el programa está bien no cuando ves las audiencias, sino cuando estás grabando y ves las caras de los compañeros. Ahora después de año y medio, siento que formo parte de un equipo que es la hostia y eso acaba notándose en los reportajes.