Comedy Central se ha puesto como objetivo "volver al origen". Para ello, la cadena ha organizado un especial de stand up comedy, emitiendo cada domingo a las 22.30 -comenzó el pasado 18 de abril- los monólogos de cómicos noveles y el de grandes referentes del humor, como Anabel Alonso, Dani Mateo o Ignatius Farray.
El tinerfeño reconoce que asumió la grabación de este show [el suyo se verá el próximo 30 de mayo] con especial ilusión, embriagado por la nostalgia: "Así fue como hace 20 años empezamos nosotros y fue un poco emocionante ver cómo recuperábamos esas raíces", declara en palabras a ECOTEUVE.ES antes de reivindicar el "boom" que estaba viviendo la comedia antes de la pandemia. "El circuito se ha visto un poco desmantelado, pero ahora está renaciendo con la misma o más fuerza", dice con optimismo.
Lea también: Sale a la luz el pasado televisivo de David Broncano como concursante de 'Metro a metro', en Telemadrid
Ignatius Farray muestra ahora otra cara, meses después de atravesar un complicado momento que preocupó a sus compañeros y seguidores. En enero, el canario volvió al foco mediático, reconociendo el bache que sufrió durante las navidades: "Me ha costado controlar mi ansiedad natural en algunos meses de toda esta pandemia. Reconozco que mi salud mental se ha visto afectada. Ha habido meses que, sinceramente, me encontraba en un hoyo, caí un poco".
A pesar de todo, Ignatius Farray asegura que en ningún momento pensó en dejar los escenarios, ya que son los 'tentáculos de Shiva' [su particular Dios de la 'commedia'] los que siempre le han mantenido a flote. "Yo he llamado siempre a mi show La comedia salvó mi vida y creo que, durante esta época, eso ha sido más cierto que nunca".

¿Tenía ganas de volver a la televisión con este clásico formato?
La verdad es que sí. Comedy Central dejó de grabar monólogos durante una época y que hayan vuelto ahora lo celebramos todos los cómicos. Además, vuelven de una manera muy genuina, que es lo que le caracterizó desde la época de Paramount Comedy, porque no solo hemos grabado monólogos cómicos más veteranos, sino que también lo han hecho cómicos que están empezando. Así fue como hace 20 años empezamos nosotros y fue un poco emocionante ver cómo recuperábamos esas raíces.
Comedy Central lo ha vendido como una vuelta al origen. ¿Se estaba perdiendo un poco el stand up en la televisión?
En televisión no sé, de resto para nada, todo lo contrario. Estamos mejor que nunca, pero la pandemia nos ha afectado. En Madrid, por ejemplo, antes de la pandemia, hubo un florecimiento de 'comedy clubs', locales y bares que hacían micrófonos abiertos para que los cómicos que estaban empezando tuvieran un sitio donde probar 10 minutos. Tanto en Barcelona, como en Madrid, podías ir cada día de la semana a un local de estos y había comedia. Fue un boom.
La pandemia ha afectado y ese circuito se ha visto un poco desmantelado, pero ahora está renaciendo con la misma o más fuerza. Tras el confinamiento y las restricciones, todos los bares que han podido programar comedia lo han hecho multiplicando el número de shows. En Madrid, lo habitual es que ahora los fines de semana haya varios pases el mismo día del mismo espectáculo. Y a nivel de teatros, lo que más se está programando también es a los cómicos. La gente lo que más ganas tiene es de ver a cómicos actuando, hay ganas de reírse.
Hace unos días, bromeaba en la SER con que había logrado para esta cita colar como nuevos algunos de sus mayores hits en monólogos. ¿En qué consistirá su show?
Lo que hice en la grabación no lo había hecho nunca antes. Hay partes que ya hice en al radio, en La Vida Moderna, pero nunca los había desarrollado y, sobre todo, nunca los había hilado para contarlo todo junto. Fue para mí una cosa nueva. Hasta el punto de que, como no era un material que tuviera rodado, no tenía ni siquiera una referencia de cuánto podría durar. Me dijeron que si podía hacer 40 minutos de actuación y al final hice una hora. Por un lado, se nota que no lo he rodado, pero por otro, creo que eso le hace ganar en espontaneidad y en frescura.
Ha sido un año muy difícil para la comedia. ¿Le está costando renovarse o adaptarse a estos nuevos tiempos?
No, mi sensación es que sabe mejor ahora. La gente viene con muchas ganas y notas ese entusiasmo nada más empezar la actuación. Eso ayuda mucho a un cómico, el notar esas expectativas y esas ganas que tiene la gente de disfrutar. Yo lo vivo como un estímulo y notas que el viento sopla especialmente a favor. A pesar de todo, porque las condiciones no son las ideales (hay que estar todo el rato con mascarilla, manteniendo las distancias...) la gente disfruta.
En 2020, se atrevió a lanzar un libro al mercado que ha acabado convirtiéndose en todo un éxito de ventas. ¿Le ha sorprendido la aceptación que ha tenido?
Sí, totalmente, no nos lo esperábamos. Hicimos el libro con mucho cariño durante el confinamiento. Aprovechamos esos meses para ponernos a tope con ello y, como para mí era una cosa nueva, tampoco sabía qué esperar. La gente de la editorial Planeta se han quedado contentísimos y, de hecho, ya estamos trabajando en un segundo libro. La cosa dio más de sí de lo que esperábamos. Sacamos el libro el mismo día que Arturo Pérez Reverte sacaba su nueva novela y hubo un momento en el que su libro y el mío eran los dos más vendidos del país. Fue curioso.
¿De qué tratará ese segundo libro?
Será distinto al primero. Es un cómic. Vive como un mendigo, baila como un rey digamos que es mi biografía hasta el momento del confinamiento y el cómic tiene una narrativa mucho más libre. No se ciñe exactamente a las cosas que me han pasado en la vida. Aunque se apoyará en algunas que sí me han sucedido, a partir de ahí, nos inventaremos las historietas del cómic.
¿O sea que el protagonista será usted mismo?
Sí, serán las historietas de Ignatius Farray.

¿Cree que Vive como un mendigo, baila como un rey ha ayudado a la gente a conocer a la persona detrás del cómico?
El primero a mí. [Risas] En primer lugar, me ha ayudado a mí mismo a conocerme. Igual que la comedia, yo la afronto de esa manera. Yo no sé si lo tengo idealizado, pero subirme al escenario es una oportunidad de conocerme a mí mismo y ver cómo puedo desenvolverme en esos límites. Realmente, es una situación bastante al límite subirte a un escenario y estar tan expuesto y vulnerable con toda la gente mirándote desde la penumbra alrededor. Es una situación bastante tensa. [Risas]. Yo lo tomo como una oportunidad de entretener a la gente, pero que también me pueda revelar cosas sobre mí mismo.
Pienso que escribir un libro es bastante similar a eso. Escribir un libro, y más una biografía, es de alguna manera, una forma de ordenar tu vida o por lo menos el recuerdo y la memoria que tienes de ello. Al recordar, inevitablemente también estas fantaseando y empiezas a darte cuenta de muchas cosas que se te habían pasado por alto. A mí especialmente, que soy muy despistado. Yo lo que vi muy claro fue el contraste entre Ignatius Farray y Juan Ignacio. Fue muy fácil, a partir de ahí, interpretar los 20 años que llevo dedicándome a esto en clave de enfrentamiento entre Ignatius y Juan Ignacio como el doctor Jekyll y el señor Hyde.
Durante toda la promoción, en casi todas las entrevistas se le vio una cara más terrenal... ¿Fue el libro una catarsis?
Sí, ¿verdad que se nota algo de eso? Yo mismo lo he sospechado. Yo siempre he dicho que Ignatius Farray muestra las carencias mías como cómicos. Yo sufro de ansiedad y mi manera de enfrentarme al escenario, desde luego, no ha sido desde el control de la situación, sino desde la histeria y ansiedad más absoluta. Al actuar de esa forma, acaba saliendo Ignatius Farray, que es mi forma de enfrentarme al escenario. Creo que al ser consciente de eso, Juan Ignacio ha reunido el coraje suficiente para abrirse paso. Por fin, he encontrado un poco de serenidad para que Juan Ignacio también pueda decir algo, no solo Ignatius Farray.
Se intuye en el libro que, con él, se cierra una etapa de su vida y comienza otra. ¿Es así?
Sería demasiado presuntuoso para mí premeditar estas cosas, no está en mi mano, porque no soy yo el que mueve los hilos. Yo, durante todos estos años, me he movido intentando mantenerme a flote como he podido. De alguna manera, sí que instintivamente te da que pensar que pueda haber un cambio. En el libro incluso hablo de un tercer acto. Como si esto fuera una pelea de boxeo entre Juan Ignacio e Ignatius Farray. Ignatius le estaba dando una paliza bastante severa a Juan Ignacio, le tenía contra las cuerdas, pero parece que Juan Ignacio está teniendo un par de buenos ganchos ahora. Puede que sí, que eso influya en que a partir de ahora se empiece a contarse la historia de otra manera.
A finales de 2020, reconoció que tocó fondo y muchos nos preocupamos por su estado de salud. ¿Fue consecuencia de la pandemia, y todo lo que se vivió durante el año, o tal vez de este proceso que experimentó con el libro?
Yo soy bastante inconsciente de todas las cosas que me pasan. La gente que está a mí alrededor me dice que sí, que seguramente la escritura de este libro fue un proceso un poquito emocional y que eso me ha afectado. Yo no sé si eso es así del todo, o no, pero sí que fue un punto de inflexión. Yo creo que es un poco eso y lo que nos ha pasado a todos con el coronavirus. Creo que me ha costado controlar mi ansiedad natural en algunos meses de toda esta pandemia, que llevamos ya casi un año con ella.
Reconozco que mi salud mental se ha visto afectada. Ha habido meses que, sinceramente, me encontraba en un hoyo, caí un poco. Estuve tomando ansiolíticos durante bastante tiempo, creo que también abusé un poco del alcohol, estoy yendo a terapia con un psiquiátrico... De esto no es que haya hablado a fondo, aunque sí que he hecho algún comentario en la radio. Pues ahora me encuentro a gente en las actuaciones que se dirigen a mí y, por la forma en la que lo hacen, notas que han pasado por algo similar. Yo no lo he hecho para reivindicar nada, ni con ninguna intención, pero te das cuenta de que mucha gente agradece que hables de estos temas relativos a la salud mental.
Quizá cala más la reivindicación que se produce de forma natural...
Sí, es un tema que ahora está afectando a mucha gente pero no se habla demasiado de ello en los medios, sinceramente.
Estando en ese hoyo, ¿pensó en algún momento en dejar la comedia o la comedia ha sido su salvavidas?
Al contrario, si yo he llamado a siempre a mi show La comedia salvó mi vida y creo que, durante esta época, eso ha sido más cierto que nunca.

En su entrevista con Manuel Burque y Quique Peinado en Buenismo bien (SER), dijo dos frases muy rotundas que me sorprendieron: 'Necesito tocar fondo para salir de nuevo a flote' y 'Cuando las cosas me van bien, siempre me boicoteo a mí mismo'. ¿Esto lo dice Juan Ignacio o Ignatius Farray?
¡Hostias! [Risas] Ahora tengo yo mis dudas también. La frase de que me boicoteo a mí mismo me lo dice mucho la gente que me conoce y yo también soy consciente de eso. No sé por qué, debo tener eso anclado en alguna parte de mi mente. Yo entiendo que, para superarse a sí mismo, es necesario que uno pase por un proceso doloroso. No digo que eso sea cierto o falso, pero yo mentalmente lo vivo así. Es como que no sé superarme o trascender, o llegar a ser el cómico que tengo en la cabeza, si no paso por un periodo de dolor. Entonces, yo mismo me lo provoco. Es una cosa bastante retorcida. Por supuesto, no soy una persona que se autolesione, pero sí que me torturo mucho mentalmente. Tengo muchos remordimientos.
Cuando acabo una actuación, lo primero que tengo son arrepentimientos de haber dicho esto o lo otro. Y si noto que alguien se ha sentido incómodo o incluso ofendido, no puedo dormir esa noche. Me torturo mucho. Me saboteo a mí mismo, tengo muchas inseguridades, pero en el fondo pienso que es una película que me he montado para intentar mejorar. Cuando me enfrento a esos problemas que yo mismo me he provocado, intento superarlo. Es mi manera de superar ciertas situaciones, como digo yo, ó bicho que se devora a si mesmo.
Dice que lo contrario de la risa es el miedo. ¿Le da miedo lo que pueda suceder en las elecciones de Madrid del próximo 4 de mayo?
Miedo, miedo... no sería el sentimiento. Decepción a lo mejor, aunque todavía no sabemos lo que puede suceder. En La Vida Moderna, que hablamos mucho de política, siempre digo yo creo que la comedia está por encima de eso. Cuando uno intenta hacer comedia para criticar ciertas posturas políticas, en el fondo pienso que está bastardeando la comedia. La comedia está por encima del bien y del mal. Entonces usar la comedia como una herramienta para expresar tus ideas políticas... de alguna manera es menospreciar a la propia comedia.
En ese sentido, ¿cree que la comedia funciona y cala en la sociedad como un buen escrutinio de la política o que tanta broma y tanto meme al final acaba banalizando o permeabilizando nuestra capacidad para darnos cuenta de ciertas atrocidades que se cometen?
Te doy toda la razón, yo pienso exactamente eso. Como la comedia es algo que nos supera, cuando intentamos utilizarla, acabamos haciendo el ridículo. Ese es el peligro de la sátira política, que requiere un equilibrio muy fino. Cuando en EEUU intentaban ridiculizar a Donald Trump, lo que hacían realmente era humanizarle y que a le gente le cayese más simpático. Por eso reconozco que ahí la comedia es un poder con el que los humanos solo podemos tener contacto durante unos breves minutos de tiempo. Si no, nos quemamos las manos.
¿Ha sido muy difícil sacar adelante la actual temporada de La Vida Moderna?
Es verdad que las condiciones han sido peculiares, con todo esto de la pandemia y el estar sin público, pero eso acaba convirtiéndose también en un estímulo. Por eso nos hemos puesto este año en el estudio como si estuviéramos en una trinchera... Todo esto, te hace sacar un lado más combativo, intentando sobreponerte a las circunstancias e intentar hacer el programa igual de gracioso que siempre.
Por esta época del año, siempre decidís vuestro futuro. ¿Ha habido ya reuniones para hablar de la renovación del programa?
Todavía no se sabe. Para nosotros, sería una ilusión continuar. Después de siete años, estamos super a gusto. Pero no puedo decir nada aún, porque no se sabe nada al respecto.
¿Usted se ve con fuerza y ánimo para una nueva temporada?
Sí, sí, por supuesto.
Pues ojalá sea ya con público en el estudio...
Ojalá con el tiempo pueda volver sí. La comedia prevalecerá. De una manera o de otra, la comedia se abrirá paso.