El actor Juan Diego Botto, la actriz Laura Gómez-Lacueva, el coreógrafo Toni Espinosa y los documentalistas españoles fueron los galardonados en la VII edición de los Premios Yago que se celebró este lunes en el Club Financiero Génova de Madrid en una gala en la que Ana Obregón recibió el Yago de Honor en reconocimiento a toda su trayectoria.
Los galardones que cada año sirven de singular, y ya tradicional, epílogo a la temporada de premios y que buscan reconocer a los olvidados del cine español en general, y de los premios Goya en particular, celebraron su séptima edición en una gala que estuvo, de nuevo, conducida por Luis Fabra. El cómico y actor volvió a exhibir sus enormes dotes de showman en una siempre irreverente, por momentos descacharrante y este año también emotiva, ceremonia con aforo reducido y que se celebró respetando estrictamente las medidas de seguridad sanitarias vigentes.
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En su afán por reconocer a los grandes olvidados por la Academia de Cine en los Goya, los premios, patrocinados por Hendrick's y creados por Santiago Alverú, arrancaron premiado, en la categoría de 'nominado no ganador', a Juan Diego Botto por su papel en 'Los europeos'. Botto, que recogió el 'Yago Impepinable' de manos del director del filme Víctor García-León, ha estado nominado a los Goya en seis ocasiones y siempre se ha ido de vacío.
En su discurso de agradecimiento, el protagonista de 'Vete de mí' (2006), 'Obaba' (2005), 'Roma' (2004) o 'Historias del Kronen' (1995), se mostró agradecido por "estar en este maravilloso encuentro de perdedores". "Es un orgullo estar con compañeros y compañeras perdedores, nos reconocemos en la mirada y sabemos quiénes somos porque hemos sentido ese frío helado de la derrota en una, dos, tres, cuatro cinco e incluso seis ocasiones", afirmó Botto que subrayó que "la historia del cine está pavimentada sobre la idea romántica del perdedor, y el perdedor más maravilloso de la historia del cine es Rick (Humphrey Bogart) en en Casablanca".
Luego llegó el turno para Laura Gómez-Lacueva, actriz premiada por su trabajo en 'Historias lamentables' de Javier Fesser que recibió de manos de Luis Manso, productor de la película, el Yago como 'no nominada'. Además, Toni Espinosa ('Billie Elliot', 'Grease') se alzó con el Yago al 'no reconocido', premio que galardona a aquellos profesionales del cine español que no tienen categoría propia en los Goya, por su labor de coreografía en el musical 'Explota, Explota' Un premio que recogió de manos de Ingrid García-Johnson, protagonista de la película, y que dedicó a Sara Martín, mano derecha asistente de coreografía, y a los 91 bailarines que participaron en el proyecto.
Las lágrimas de Ana Obregón, premiada con el Yago de Honor
Pero el momento estelar de la noche fue sin duda la entrega del Yago de Honor que Ana García Obregón recogió en reconocimiento a toda su trayectoria de manos de Fernando Colomo, director a cuyas órdenes rodó en 1987 La vida alegre.
Después de recordar divertidas anécdotas del rodaje, en su discurso de agradecimiento recordó a los directores con los que trabajó además de Colomo, como Vicente Aranda o Luis García Berlanga, y a todos los profesionales y equipos con los que ha compartido su trayectoria. "Son cuarenta años haciendo cine, series y televisión y lo más bonito de recibir un premio es compartirlo con las personas que quieres y yo hoy voy a dedicárselo a mi hijo porque sé que allá donde esté va a estar muy feliz. Muchas gracias", dijo emocionada.
La dedicatoria de Évole que emocionó a Obregón
Por último se entregó el Yago a Los Irreductibles, concedido al documental español, un género que ha revitalizado la taquilla de este complicado año con algunos de los filmes más aclamados del año como El hombre que diseñó España (de Miguel Larraya y Andrea Bermejo) Dear Werner (de Pablo Maqueda y Haizea G. Viana), Anatomía de un Dandy (de Charlie Arnaiz y Alberto Ortega) o Eso que tú me das (de Jordi Évole y Ramón Lara) fueron los encargados de recoger el premio en nombre de toda la industria.
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Évole que, recogió el galardón de la mano del periodista Alejandro G. Calvo, explicó cómo les sorprendió que, a pesar de ser el documental más visto del año, siendo número uno en taquilla varias semanas durante la pandemia, no estuvieron entre los nominados al Goya al mejor documental. Llegaron incluso, recordó, a llamar a la Academia que les explicó que no podían ser candidatos porque las bases de los premios exigen una duración mínima de 70 minutos y su documental es de 66 minutos.
"En el último montaje recortamos la película diez minutos, porque pensamos que al ser más corta sería más intensa, y siempre tenemos la excusa de no ganamos los Goya porque duró 66 minutos", dijo Evole que aseguró que la película y aquella conversación con Pau Donés y sus "enseñanzas" le han "cambiado la vida" y concluyó su discurso con una sentida dedicatoria para otra de las premiadas de la noche, Ana Obregón. "En un año falto de abrazos, se lo dedico esa mujer que sé que todos hubiéramos querido abrazar este año, y que yo he conocido hoy. Gracias Ana Obregón", concluyó.