Miguel Rellán ha sido entrevistado este lunes en Espejo Público. El actor ha impactado con su testimonio tras superar el coronavirus después de estar 21 días ingresado en el hospital. "Es como si te hubiera pasado una apisonadora por encima", ha dicho añadiendo que perdió 12 kilos.
"He hecho un máster con 'cum laude' de 21 días metido en el hospital a punto de ir para el otro barrio", ha explicado el intérprete que el 8 de septiembre estrena su nuevo proyecto Contarlo para no olvidar. "Lo pasé muy mal, pero no pensé que me estaba muriendo".
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El que fuera profesor de Historia en Compañeros ha dicho que "tengo la impresión de que nuestros ilustres políticos no se están poniendo las pilas como debieran" porque "está cantado que cuando llegue el invierno, llegará el rebrote definitivo mezclado con la gripe".
Miguel Rellán, por otra parte, se ha mostrado contundente con los ciudadanos que no respetan las recomendaciones. "No se quieren enterar que esto es en serio". Preguntado por qué tipo de medidas tomaría para evitar este tipo de actitudes, el intérprete ha sido durísimo: "Yo no pondría multas, los llevaba a un hospital. A lo mejor soy muy duro, pero los llevaba a meter cadáveres a los ataúdes".
"No lo entiendo": la crítica de Miguel Rellán a los futbolistas
Momentos después, Diego Revuelta le ha preguntado por cómo el teatro hará frente al virus y por las imágenes polémicas de plazas de toros abarrotadas de gente. "Yo viví en Sevilla y me aficioné al flamenco y los toros. Entiendo de toros, y me gusta muchísimo los toros, pero renuncio a ese placer. Es una barbaridad. Maltratar a un animal para que yo me divierta no es cultura".
"No lo entiendo. ¿Por qué puedo ir en el autobús o en el metro lleno y si llego al teatro no podemos estar juntos? Algo falla ahí", ha afirmado. "Tengo poco de profeta, pero espero que no haya un rebrote y vuelvan a confinarnos", ha dicho en defensa de los actores y los músicos: "Los futbolistas sí se dan besos y abrazos y escupen en el suelo. ¿Y después hacen La Traviata en el Teatro Real separados dos metros cada uno. Insisto, hombre blanco, no entender".