Mariano Rajoy vivió la semana pasada un ridículo momento al negarse a responder a la pregunta de un periodista de la BBC al ser realizada en inglés. El momento enseguida recorrió como la pólvora por todos los medios sucediéndose las inmediatas críticas al actual presidente del Gobierno. Sin embargo, el líder del PP ha logrado lo aparentemente imposible y es encontrar a alguien que viera algo positivo en el hecho de ser el presidente de un país y no saber defenderse mínimamente hablando inglés.
Salvador Sostres ha salido en defensa de Rajoy desde su columna en ABC, donde asegura que "ningún presidente serio se expresa oficialmente en una lengua que no sea la suya". "Los paletos de siempre le acusaron de no saber idiomas y en casa hemos puesto el vídeo mil veces", afirma el escritor, que añade que "quien en cualquier caso demostró que no sabía idiomas fue el pollo de la BBC, aunque aquí somos tan provincianos y empleados que creemos que un presidente por ser el nuestro tiene que salir a empatar con un don nadie que habla inglés".
Sostres le ha dado la vuelta a la tortilla para acusar al "descortés" periodista británico de no seguir los "protocolos internacionales" y respetar que el presidente "hable en su lengua". "No recuerdo a ningún líder del mundo libre hablando en francés ni a ningún periodista que se atreviera a preguntarle -sin estar pactado o sin traducción simultánea- en la legua de Baudelaire o de Cervantes", escribe.
Sin embargo, sus principales argumentos no eran los expuestos hasta ahora: "Lo sustancial es que saber idiomas es de secretarias. Necesitan saber idiomas los que obedecen. En mi vida las órdenes las doy yo y como ya les dije la semana pasada, de momento nos va todo bien", se atreve a decir el escritor, que considera que "alardear de idiomas" significa tener "mentalidad de servicio". "Los viajes hay que tenerlos resueltos a los 30 años y la variación es el movimiento del fracaso", reflexiona.
"Saber idiomas es bisutería de condesa de pago, pero la vida es muy dura en las afueras de Dios y por eso los cursos de inglés se venden como churros y por eso la turba me grita y me insulta mientras se ve hacer al fondo de su horror", sentencia.