Televisión

'The Following', otra extraña pareja

  • Un detective atormentado, un asesino con vocación de artista

El detective y el criminal, probabemente, la pareja más estable e incondicional que puede ofrecer la televisión.

The Following es el penúltimo romance de esta naturaleza. Kevin Bacon interpreta a Ryan Hardy un exagente del FBI que persiguió y encarceló a Joe Carroll (James Purefoy) un prolífico asesino en serie, autor de 14 homicidios especialmente atroces. Este podría ser el final de una historia pero The following empieza donde el resto acaba. La serie de TNT es una nueva vuelta de tuerca sobre el género. La relación entre Hardy y Carroll tiene 10 años de historia, un libro, una mujer y una puñalada de por medio.

La clave de una relación serial entre un detective y un criminal reside en su mutua dependencia. Solo este detective entiende a este incontenible criminal, solo él es capaz de atraparlo y solo a él atiende el criminal, porque es el único al que considera digno de sus más maquiavélicos planes y evasivas.

Pero una relación así siempre es problemática para un guionista. John "el rojo" pasa muchos capítulos de El mentalista manteniendo un "perfil bajo", ocupándose de sus asuntos y permitiendo que Jane vaya de escenario en escenario (a cuál más limpio y burgués) haciendo sus números de circo, que son el verdadero sostén de la serie. De otro lado está Mahone, el sufrido perseguidor de Michael Scoffield en Prison break. Pero Scoffield solo quiere vivir en paz, no está de humor para andar jugando con un policía más que lo estrictamente necesario.

The Following es distinta y nueva por varios motivos. Hardy lleva un marcapasos que le recuerda a cada latido la puñalada que Carroll le asestó instantes antes de su arresto y Carroll... Carroll está chalado. Su psicopatía roza el delirio, pasó demasiado tiempo entre libros y acabó retorciendo la obra del escritor Edgar Allan Poe hasta justificar 14 asesinatos con vocación estética.

Hardy nunca ha olvidado, por más que queme neuronas bebiendo vodka entre horas y Carroll prepara una nueva manifestación artística, una "secuela" del libro que el detective escribió sobre la resolución de los anteriores casos. Su notoriedad le ofrece además una poderosa arma, fieles, cooperantes, followers (elemento también explotado en la mencionada El mentalista).

De modo que el escenario es el siguiente: un número indeterminado aunque aparentemente enorme de asesinos en torno al psicópata mayor que, además, está determinado a hacer literatura con sus crímenes, a darles sentido narrativo y estético. Enfrente, su más crítico lector, atormentado, lleno de secuelas y antiguo amante de la exmujer del propio Carroll.

Si de esos mimbres no sale una buena serie es que alguien hace muy mal su trabajo. The following juega con un factor con el que no tantas series tienen la suerte de contar, la madurez del género. Un público educado en policías alcoholicos y/o atormentados, en Mcnulties (The wire) y Van Aldens (Boardwalk empire). Un público tolerante a la sangre y la oscuridad, y a los silencios y la pausa que el desarrollo psicológico de estos de personajes requiere. Además cuenta, como se ha dicho, con una infinidad de caminos posibles, tantos como seguidores tenga Carroll, tantos como libros pueden inspirar la retorcida creatividad del líder.

Lo que ofrece The following parece sólido y prometedor y el público, como se dice anteriormente, aparenta estar dispuesto al silencio y la oscuridad que envuelven este extraño romance entre detectives y criminales.

The following se estrena en hoy en TNT, a las 22.15. Con ocho días de retraso con respecto a su emisión original en los Estados Unidos.

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