Carlos Alsina (Madrid, 1969) ordena cada mañana las piezas de la convulsa actualidad política que lo polariza todo, hasta la radio. El locutor, sin embargo, escapa del periodismo de trincheras que a veces se instala en las ondas sin que eso suponga caer en la equidistancia. Usa un estilo explicativo que invita a la reflexión, aunque el tono es firme cuando la situación lo requiere. "Intento ser combativo y pelear por los valores en los que creo", asegura.
El periodista lleva casi toda su vida profesional en Onda Cero y acaba de cumplir seis años como la voz de las mañanas en la emisora de Atresmedia. Lo hace, además, con la alegría que le dio el último EGM. Más de uno, el programa que dirige, creció en 95.000 oyentes y se sitúa ya en 1.330.000. Fue el matinal que más subió porcentualmente, con un 7% más respecto a los anteriores datos.
¿A qué se debe la subida del EGM?
El EGM no te dice por qué creces y lo único que puedes hacer es buscar explicaciones que tienen que ver con la intuición o la experiencia. Seguramente sea por el enorme interés que ahora hay por las cosas que nos están pasando. Nosotros lo intentamos explicar bien, de manera ordenada y comprensible. Si la subida se debe a eso, yo estoy feliz.
¿Explicar bien lo que ocurre es su obsesión cada mañana?
En el primer tramo es a lo que dedico más tiempo, aunque mi principal preocupación es no aburrir. En la parte informativa me parece más útil interpretar bien lo que sucede y, luego, añadir el punto de vista de cada uno.
En una sociedad polarizada y una radio de trincheras, ¿usted sería la excepción?
Si por radio de trincheras entendemos que tienes que tener una posición que corresponde con un determinado partido político, yo aspiro a estar fuera de eso. Lo que sí intento es ser combativo y pelear por los valores en los que creo: diversidad, pluralidad, respeto, crítica al poder, etc. La sociedad siempre ha estado polarizada, pero es cierto que ahora hay más actores en el tablero y, por otra parte, están las redes sociales, donde sí está sobrerrepresentada esa polarización. En el día a día, las cosas se viven con más naturalidad y nuestra posición ideológica pesa mucho menos.
¿Piensa en el poder que tiene? ¿Se siente un líder de opinión?
Procuro no pensarlo y, desde luego, no aspiro a eso. Lo de creador de opinión me parece una etiqueta pretenciosa. Ni siquiera pienso en cuántas personas me escuchan.
¿Piensa en alguien cuando habla ante el micrófono?
Pienso en un oyente, pero en ninguno en concreto. Aspiro a ser útil, a que me entienda y a que le sirvan los argumentos que le doy para desarrollar su propia opinión. Tampoco creo que los oyentes formen un colectivo uniforme. Son diversos. En cualquier caso, lo más sano es no pensar en cuánta gente te escucha ni en que vas a tener una influencia en lo que piensan.
¿Usted se autocensura?
Nada, en absoluto. El mejor antídoto contra la autocensura es esto que está pasando últimamente, que recibimos campañas de linchamiento contra periodistas. Con ellas, pretenden que desistas para no meterte en otra, pero deberían conseguir el efecto contrario a lo que buscan y callarte menos. En mi caso, la autocensura no existe. Y hay otros casos en los que, a veces, veo que hay gente que se siente frustrada si no le linchan. De todos modos, la primera vez que te pasa, no es cómodo. Cuando llevas muchas, te empieza a dar igual.
¿Es conveniente que una estrella de la radio tenga relación personal con los políticos?
Para esto, hay corrientes de opinión. No es un pecado, pero cuanta menos relación tengas con aquellas personas de las que hablas, mejor. Cuanto más trato tienes con alguien, más difícil es que seas justo a la hora de valorar lo que ha hecho porque, evidentemente, la relación personal te influye. A mí me gusta mantener la distancia. Además, algunos ya han aprendido que cuanto más intentan influir en un periodista, el efecto es el contrario.
¿Los políticos siguen mandando mensajes privados a los periodistas o solo escriben tuits?
Twitter es para todos y el WhatsApp es para que creas que solo te lo están diciendo a ti, aunque luego manden el mismo mensaje a otros 27 periodistas. Y, en vez de una primicia, es una intoxicación.
¿Se ve muchos años madrugando en Onda Cero?
Madrugar no es sano. Lo más tarde que te puedes levantar para hacer un programa como el mío es a las 04:00. No sé cuántos años se puede mantener ese ritmo. Si todos los que hacemos programas matinales convenciéramos a los jefes de empezar a las 09:00 en vez de a las 06:00, viviríamos mejor.
¿Está cómodo en la emisora y hace el programa que quiere?
No solo estoy cómodo, es más que eso. Llevo tantos años que es como estar en casa. Nos conocemos tanto que sabemos cómo funcionamos todos, por lo tanto, es muy fácil trabajar. Si lo que me preguntas es si me planteo irme a otra cadena, no.
¿Cómo se lleva con sus rivales? ¿Suelen hablar entre ustedes?
De vez en cuando nos mensajeamos. La relación es muy buena.