Cada año, el Gordo de Navidad cambia la vida de muchas personas. Algunas gracias a la cuantía del premio consiguen salir de problemas económicos graves o incluso cumplir un sueño que jamás esperaban alcanzar. Este es el caso de Nacho Guerreros, Coque en La que se avecina, que gracias a este premio consiguió comenzar su carrera como actor.
El 22 de diciembre de 2002 es un día que el actor jamás olvidará. En Calahorra (La Rioja), lugar donde nació Nacho, se repartió el Gordo de Navidad, el más importante del sorteo. La feliz noticia de que a su padre le había tocado le llegaba por parte de su prima, que lo llamó rápidamente en cuanto lo supo.
Nacho Guerreros, en ese momento, trabajaba de camarero y siempre había soñado con ser actor. Su padre, sin dudarlo, decidió compartir el premio con él y con ese dinero compró la obra Bent de Martin Sherman para llevarla al teatro y así demostrar que tenía talento como actor. Tanto es así que, gracias a esta interpretación, fue nominado por la Unión de actores en la categoría de mejor actor de teatro. Esto le hizo abrirse camino y conseguir introducirse en el mundo de la televisión.
Unos años más tarde, interpretó a José María en Aquí no hay quien viva y actualmente da vida a Coque en La que se avecina.
Aunque no le tocase el premio directamente, el actor se siente muy agradecido porque gracias a él consiguió cumplir su sueño y abrirse camino como actor. "Si mi padre no me hubiera prestado el dinero, yo no habría podido hacer la función. Para mí fue fundamental esa lotería", dijo en palabras a El País.
Además asegura que este momento fue muy especial para toda la localidad y lo confirmó diciendo que "La resaca duró toda la Navidad. Yo creo que todavía, después de 15 años, eso está allí. Cada 22 de diciembre se recuerda", aseguró.